En silencio
Por Jorge Vega
¿Recuerdan a esos héroes y heroínas de la democracia, que apenas ayer saturaban nuestras cocheras, los medios de comunicación y las calles y jardines con su promesa de un Colima mejor? Yo sí, a veces los veo caminar felices con una regiduría en los bolsillos, una diputación en la boina al estilo del Che o una senaduría en su morral de revolucionario.
Otros, los menos favorecidos, siguen rumiando su derrota, olvidados de que meses atrás eran capaces de señalar el futuro con la claridad de los iluminados. Ya nadie recuerda al pueblo bueno y sabio, eso sólo ocurre cada 3 o 6 años.
Siempre me ha fascinado ese prodigio, ese acto de magia. Cómo vamos pasando de un tema a otro a lo largo del año, como sociedad. En época de elecciones, todos hablamos de lo que pasará en las urnas y nos indignamos cuando alguien no cree en el candidato por el que vamos a votar. Un candidato que, en otros días del año, ni siquiera voltearíamos a ver o nos caería mal.
Ahora nos preparamos para la Navidad y pronto andaremos viendo peces que beben en el río y los caminos de Belén. Vamos de un tema a otro, como si huyéramos de nosotros mismos. Un tema tras otro, una preocupación tras otra, y nos olvidamos de ver, en silencio, cómo el sol empuja todas las mañanas la oscuridad hacia el otro lado del mar.
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