Osasuna cayó en El Sadar por 1-2 ante el Brujas en un choque en el que los belgas mostraron su experiencia en este tipo de partidos para acercarse a la Fase Final de Liga Conferencia en una eliminatoria que se resolverá el próximo jueves en el partido de Vuelta.
Osasuna salió al partido contagiado de un Sadar que desde el inicio se mostró arrollador con una gran animación. El momento no era para menos. Los navarros volvían a disputar un partido europeo 16 años después de la última ocasión, situación única que quisieron aprovechar desde el primer minuto.
Chimy Ávila, titular tras la polémica surgida a raíz de su expulsión ante el Athletic, enganchó el balón a bote pronto desde la frontal del área con su pierna zurda, pero su disparo se fue a la izquierda de la meta defendida por Simon Mignolet.
Tras la pausa de hidratación, una falta sobre Moi Gómez derivó en amarilla para Mojica por protestar. Osasuna quiso darle velocidad, pero los chicos dirigidos por Ronny Deila buscaron más la pausa, conscientes del peligro local.
Rubén García, rápido de ideas, trató de sorprender a Mignolet, quedándose a poco de poder celebrar gol intentando colar el esférico por encima. Los que rozaron la ventaja fueron los visitantes en el descuento. De Cuyper tuvo el primero en su cabeza a centro de Vetlesen, pero el lateral izquierdo no logró darle la dirección correcta.
La segunda parte no pudo comenzar peor. Olsen hizo el 0-1 en una jugada con algo de fortuna. El danés sacó el látigo dentro del área para castigar a Osasuna. El balón se coló entre el palo y el portero del conjunto pamplonés.
El peso ofensivo fue local. Arnaiz y Budimir entraron en el campo para ganar presencia y determinación en campo rival. El Brujas se atrincheró bien para intentar cerrar un plan de partido poco ambicioso. El resultado era positivo y a Deila pareció importarle poco las reiteradas pérdidas de tiempo de los suyos.
Todo pudo cambiar con el tanto en el minuto 78. Osasuna, fiel a su estilo de no rendirse nunca, encontró el premio del gol. Moncayola sirvió un centro medido que Chimy Ávila cazó por el cielo para poner El Sadar patas arriba.
El destino quiso que la alegría tan solo durase dos minutos. De Cuyper, fusiló la meta con un fortísimo disparo cruzado ante el que Aitor no dio respuesta.
Chimy Ávila se disfrazó de Maradona para irse hasta de 3 contrarios antes de que su disparo fuera interceptado por un expeditivo Boyata.
Finalmente, la fortuna no sonrió a los locales y la plantilla que dirige Arrasate se jugará su futuro dentro de una semana en Brujas.