El estadounidense Luke Hobson logró lo que parecía imposible y, tras rebajar el legendario récord del Mundo de los 200 libre del alemán Paul Biedermann en la primera posta del relevo 4×200, volvió a mejorar su plusmarca universal al imponerse en la Final del doble hectómetro con un tiempo de 1:38.61 minutos.
Un estratosférico registro que permitió a Hobson rebajar en 30 centésimas el tope mundial -1:38.91- que él mismo estableció el pasado viernes, cuando se convirtió en el primer hombre en toda la historia en bajar de la barrera del minuto y 39 segundos.
Tiempo que condujo a Hobson, Bronce en los pasados Juegos Olímpicos de París, aventajar en 1.75 segundos al australiano Maximilliam Giuliani, que se colgó la medalla de Plata con una marca de 1:40.36 minutos, nuevo récord de Oceanía.
Más lejos quedó todavía el belga Lucas Henveaux, que logró el Bronce con un registro de 1:41.13, a más de 2 segundos y medios del estadounidense Hobson.