El canterano del PSG Warren Zaïre-Emery, de 17 años, ha logrado lo que nadie esperaba: eclipsar a Kylian Mbappé y Ousmane Dembélé. Titular en el centro del campo de Luis Enrique, el joven de Montreuil (afueras de París) ha sorprendido por su fondo físico y su madurez.
Nacido el 8 de marzo de 2006, Zaïre-Emery ha sido un fijo en el 11 del técnico español en los 3 partidos de Liga, ante el Lorient (0-0), Toulouse (1-1) y el triunfo del último sábado frente al Lens (3-1), en el que asistió al español Marco Asensio en el primer tanto.
“Tiene todo para convertirse en un jugador importante del PSG”, pronosticó Luis Enrique sobre la nueva perla del centro de formación del PSG.
En una medular que alinea al creativo portugués Vitinha y al recuperador de balones uruguayo Manuel Ugarte, Zaïre-Emery hace “de todo y lo hace bien”, contó a L’Équipe José Alcocer, entrenador de la Sub 16 de Francia.
“Sabe hacer tantas cosas que es una bendición para un entrenador, primero le ponemos en el equipo a él y luego a los otros 10”, relató Alcocer.
Juego en corto y en largo, marcaje y pressing, el repertorio del precoz centrocampista es variado y su perfil encaja de maravilla en el exigente sistema de Luis Enrique, quien pide a sus pupilos presionar sin descanso para recuperar rápidamente la posesión.
En esa línea, la capacidad física del adolescente es tremenda, apoyada en una musculatura inusual para un jugador de 17 años y 1.78 metros de estatura.
Eso le permite rivalizar con futbolistas ya completamente formados físicamente en un campeonato tan exigente en ese aspecto como el francés.
“Tiene margen (de mejora) en la parte de definición, en el último pase, también en posicionarse como un líder tomando la palabra”, completó el entrenador Sub 16.
Zaïre-Emery, que el curso pasado debutó con el primer equipo a los 16 años y 9 meses, convirtiéndose en el futbolista más precoz del PSG, fue ampliamente ovacionado el sábado cuando fue reemplazado por el español Carlos Soler, en el minuto 86.
Al término de ese choque, el joven de Montreuil protagonizó una escena de lo que quiere ser el nuevo PSG, con jugadores que se identifiquen con sus colores. Micrófono en la mano, se marchó a la curva de los ultras parisinos para cantar con ellos.
Ante la prensa, Zaïre-Emery tampoco tembló, con un medido y sensato discurso en el que aprovechó para elogiar a sus colegas del medio campo.
“Es un placer jugar junto a Vitinha y Ugarte. Es una locura lo que hace (Ugarte), recupera muchísimos balones”, incidió, sobre un centro parisino en el que perdió su sitio el italiano Marco Verratti, patrón en la última década.
El número 33 del PSG tampoco deja atrás sus estudios, la próxima primavera hará la selectividad en el área de las ciencias y tecnologías de la dirección y de la gestión.