El Manchester City sufrió en la primera mitad, pero logró remontar al Brujas y selló su clasificación a los dieciseisavos de final de la Liga de Campeones.
A pesar de comenzar perdiendo, el equipo de Pep Guardiola reaccionó en el segundo tiempo y logró una victoria que, aunque celebrada con alivio, dejó claro el sufrimiento vivido durante el partido.
La primera mitad estuvo marcada por el estilo de juego de Guardiola, basado en una posesión constante y un juego paciente en la frontal del área. Sin embargo, la falta de velocidad en el centro del campo y el bajo nivel de algunos de sus jugadores, como Gündogan, De Bruyne y Bernardo Silva, impidieron al City generar ocasiones claras.
La falta de profundidad permitió al Brujas aprovechar un error defensivo, y antes del descanso, Onyedika anotó el gol que adelantó a los belgas tras un centro de Jutglá.
El gol en los últimos minutos de la primera parte dejó a Guardiola visiblemente frustrado, con su equipo al borde de la eliminación. Sin embargo, el técnico español hizo cambios clave para la segunda mitad, destacando la entrada de Savinho, quien aportó verticalidad y desborde al ataque del City. Fue precisamente Savinho quien asistió a Gvardiol para el gol del empate, un autogol de Joel Ordóñez, y luego anotó el segundo con un control preciso y un disparo ante Mignolet.
Con el marcador 2-1 a favor, Guardiola, que había mostrado su frustración con golpes a una caja de bebidas, celebró con una sonrisa al ver que su equipo se recuperaba y controlaba el partido. Aunque el Brujas luchó por mantenerse en la pelea, no logró evitar que el City avanzara a la siguiente fase.
Finalmente, el Manchester City logró una victoria que reafirmó su calidad, pero dejó en evidencia que aún existen aspectos por mejorar, especialmente en la primera mitad, donde el equipo estuvo lejos de su mejor versión.
Dayra Gómez