El Gobierno federal ordenó bajar el tope de operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) de 52 a 43 por hora.
Dicha medida, determinada este lunes por la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), aplicará a partir del 29 de octubre cuando inicia la temporada de invierno para las aerolíneas, que tendrán que cancelar miles de vuelos, muchos de ellos ya vendidos. No hay fecha para modificar el nuevo tope.
Hace un año, según publica Reforma en su edición digital, la AFAC ya había reducido el tope de operaciones de 61 a 52, por lo que el nuevo tope implica eliminar casi 30% de los despegues y aterrizajes que tenía el AICM en el primer semestre de 2022.
Fuentes cercanas al tema informaron que el director general del AICM, Vicealmirante Carlos Velázquez, se reunirá mañana con las aerolíneas para acordar la forma en que se distribuirá entre ellas el recorte de vuelos.
El mismo lunes, la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) advirtió que una medida unilateral de este tipo generaría la cancelación masiva de vuelos.
El director de la AFAC, General retirado Miguel Vallín Osuna, argumentó en su resolución que el AICM mantiene condiciones de saturación en sus 2 terminales, los que implican un riesgo para los usuarios y seguridad nacional.
De acuerdo con Reforma, Vallín se basó en un estudio de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) fechado apenas el pasado 22 de agosto, según el cual el número máximo de operaciones debe ser de 43.
“Dadas las condiciones de saturación en el campo aéreo y en los edificios terminales 1 y 2 del AICM -que se encuentra enclavado en una de las regiones de mayor densidad poblacional del país- es de interés público generar las condiciones para una eficiente y adecuada prestación del servicio”, dice la resolución DEC/AICM/2023/AFAC.
El mismo Seneam había determinado, en 2013, que el AICM podía funcionar adecuadamente con 61 operaciones por hora.
Este año, refiere Reforma, el Gobierno también ordenó sacar todo el transporte de carga del AICM. La mayoría de las cargueras se han trasladado al Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” (AIFA), desde el cual las aerolíneas comerciales han abierto nuevas rutas, pero éstas no han tenido el propósito de reemplazar a las del AICM.
Las fuentes indicaron que las aerolíneas podrían alegar, en caso de litigar este tema judicialmente, que los problemas del AICM derivan de la falta de inversión del concesionario, que es el propio Gobierno.
“En el supuesto de que las condiciones de saturación sean atribuibles al concesionario o permisionario por incumplimiento en el programa maestro de desarrollo, deficiencias de la infraestructura o en la operación, éste deberá realizar las acciones pertinentes a fin de eliminar dichas condiciones. La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) por sí o a petición de parte, ordenará al concesionario o permisionario que realice las acciones específicas que considere procedentes para solucionar la problemática”, ordena el Reglamento de la Ley de Aeropuertos.
Cabe recordar que la Tarifa de Uso de Aeropuertos (TUA) que pagan los usuarios del AICM no se invierte en las terminales, sino que se tiene que usar para pagar intereses a los tenedores de deuda por 4 mil 200 millones de dólares que se emitió en el sexenio pasado para financiar el aeropuerto cancelado en Texcoco.
En 2022, detalla el diario nacional, Aeroméxico promovió un amparo contra la primera reducción de horarios, del cual luego se desistió, mientras que Volaris, que tuvo severas afectaciones por no cancelar vuelos con anticipación, aun litiga una demanda similar.
Con información de Reforma