Por: Rogelio Guedea
“UdeC: entrega de equipos de cómputo, acontecimiento inédito”
Hace unos días, en un hecho realmente inédito, el Rector Christian Torres Ortiz entregó a diversos planteles de nuestra máxima casa de estudios 1,177 equipos de cómputo, los cuales beneficiarán directamente a 10 mil alumnos. Es un hecho inédito por múltiples razones, pero principalmente por 2: la primera, porque esto demuestra el buen uso de las finanzas universitarias y segunda porque, a pesar de las limitaciones económicas por las que atraviesa nuestra institución educativa, se ha hecho un esfuerzo enorme para seguir priorizando el beneficio formativo de los estudiantes universitarios. Como lo mencionó el rector, desde hacía 15 años que no se llevaba a cabo una compra consolidada de esta naturaleza, y en aquella ocasión fueron poco más de 600 equipos de cómputo los adquiridos, o sea que para esta nueva compra se superó esa cantidad por el doble. El rector dijo que esto no era otra cosa que “un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas de la Universidad”. Erica Ulibarri, coordinadora general Administrativa y Financiera de nuestra institución, y una de las actoras principales para hacer cristalizar este acontecimiento, secundando lo dicho por el Rector Torres Ortiz aseguró que para lograr este objetivo se tuvo que hacer un trabajo en equipo bien estructurado, “detalladamente planeado, meticulosamente organizado y bien ejecutado”, y los resultados de esa labor han sido sin duda más extraordinarios de lo que pudiera pensarse. Yo mismo recuerdo, poco antes de que se hiciera la entrega formal de estos equipos, que el encargado de nuestro centro de cómputo en la Facultad de Letras y Comunicación, nos dijo entusiasmado que la renovación de las computadoras que se llevaría a cabo en nuestro centro de cómputo era algo realmente importante pues los equipos que se entregarían eran de gran calidad y los estudiantes se beneficiarían grandemente. Como las propias autoridades universitarias lo pusieron en evidencia, este tipo de acontecimientos, dadas las condiciones económicas adversas por las que atraviesan las instituciones de educación superior de nuestro país, son por esa sola razón doblemente plausibles puesto que para hacerlos cristalizar se tiene que proceder con suma transparencia y organización en el tema del uso de los recursos financieros de la institución, lo que ha venido haciendo el Rector Torres Ortiz y su funcionaria financiera y administrativa, Erika Ulibarri, desde iniciada esta gestión. Por último, no debemos dejar tampoco de ver que son los estudiantes los destinatarios directos de este beneficio, pues al final del día ellos siguen y seguirán siendo el alma y corazón de nuestra institución
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