El presidente de Colombia, Gustavo Petro, desmintió este sábado las declaraciones de la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, quien afirmó que durante su visita a Bogotá el mandatario le manifestó que algunos integrantes del Tren de Aragua eran sus «amigos».
Desde Pasto, en el departamento de Nariño, el jefe de Estado colombiano sostuvo que las afirmaciones de Noem no son ciertas y consideró que la funcionaria pudo haber malinterpretado sus palabras durante la conversación.
El mandatario explicó que no domina el idioma inglés, lo que pudo haber generado confusiones en la interpretación de sus comentarios, y lamentó que no existiera una grabación oficial del encuentro para aclarar lo dicho.
Tensión tras declaraciones contradictorias
Según Noem, en una entrevista con el medio Newsmax, Petro habría asegurado que los miembros del Tren de Aragua eran incomprendidos y que algunos eran sus amigos. La reunión, prevista para media hora, se extendió a una hora y media, durante la cual la secretaria sostuvo que el presidente colombiano dedicó tiempo a criticar al expresidente Donald Trump.
En respuesta, Petro negó haber centrado su intervención en comentarios contra Trump, y afirmó que simplemente respondió a preguntas sobre el Tren de Aragua y la política de bloqueo a Cuba, expresando sus opiniones como lo ha hecho en otras ocasiones.
La visita de Noem formó parte de una gira por América Latina que incluyó paradas en El Salvador y México, y tuvo como eje temas de migración y seguridad, así como una visita a la cárcel salvadoreña donde se encuentran detenidos migrantes supuestamente vinculados al Tren de Aragua.
Sugiere represalias por compra de aviones suecos
Durante su discurso, Petro también cuestionó si las declaraciones de la funcionaria estadounidense podrían estar relacionadas con la reciente decisión de su gobierno de adquirir aviones de combate suecos Gripen, de la empresa Saab, en lugar de optar por los F-16 de Lockheed Martin.
El mandatario anunció el pasado 2 de abril la compra de estos nuevos cazas para sustituir la flota de Kfir en servicio desde los años 80. Colombia evaluó también los modelos Rafale franceses, pero finalmente optó por la misma alternativa que Brasil adoptó en años recientes.
Las versiones contradictorias entre ambos gobiernos contrastan con el tono diplomático posterior a la reunión en Bogotá, donde se firmó una carta de intenciones para mejorar la cooperación en migración, incluida la implementación de un sistema biométrico compartido.