Los partidos que forman la coalición de centro-izquierda e izquierda del Gobierno chileno perdieron la Presidencia de la Cámara de Diputadas y Diputados después de 3 años de mando de la institución, que pasó a manos del diputado opositor José Miguel Castro, de la coalición de derecha Chile Vamos.
La disputa por la presidencia, que se batía entre Castro y la diputada Camila Rojas, del Frente Amplio, partido en el que milita el presidente Gabriel Boric, se definió por sorteo por primera vez tras el retorno a la democracia en 1990 y tras 2 votaciones en las que no se pudo elegir una candidatura.
Como no hubo una mayoría absoluta, según el reglamento, se debió recurrir a la tómbola, donde el parlamentario se impuso ante la frenteamplista.
“La oposición se ha hecho más sólida y poco a poco henos ido ganando espacios”, señaló el diputado en una de las primeras entrevistas a medios locales tras ser designado.
Castro, que llegó al Congreso en 2018 y está en su segundo período legislativo, señaló que buscará impulsar proyectos “frenados” hasta ahora por el Gobierno chileno, de línea progresista, como que “el ingreso clandestino se declare como delito y no como falta para que Carabineros y militares puedan detener a migrantes y no hacer solo tareas humanitarias”.
Con la nominación de Castro, la derecha tradicional, y en particular el partido Renovación Nacional, pasa a tener el control de ambas cámaras parlamentarias, tras la elección semana pasada del senador Manuel José Ossandón al frente de la Cámara Alta.
Castro sucederá a la diputada comunista Karol Cariola, luego de su renuncia el pasado 16 de marzo, tras conocerse que está siendo investigada por la Fiscalía por presunto tráfico de influencias en el marco de una indagatoria contra la exalcaldesa de Santiago Irací Hassler, también comunista, por supuestas irregularidades y pago de favores en la fallida compra de una clínica médica.
Las primeras investigaciones de la Fiscalía fueron duramente criticadas, incluso por el propio Boric, luego de que la policía allanara la casa de la parlamentaria el mismo día en que dio a luz.
La diputada, la primera militante comunista de la historia chilena en llegar a la Presidencia de la Cámara Baja, dimitió tras la filtración de chats privados con Hassler, en los que criticaba duramente al presidente Boric.