La escasa participación ciudadana en la reciente elección del Poder Judicial refleja el desinterés generalizado por elegir a quienes impartirán justicia en el país y representa, según el dirigente estatal del PRI en Colima, Enrique Rojas Orozco, “un paso hacia el autoritarismo” impulsado por Morena, partido que, afirmó, “no tolera contrapesos”.
“Esto confirma que no estábamos equivocados al señalar que este proceso no era de interés ciudadano y que su trasfondo es autoritario. Morena busca concentrar todo el poder, sin importar las consecuencias para la República ni la desconfianza que genera entre países aliados y socios comerciales, lo que podría afectar incluso el tratado comercial”, declaró Rojas Orozco.
El dirigente priista se refirió a la jornada electoral del domingo 1 de junio, en la que en Colima alcanzó el 10% de participación ciudadana. Calificó el proceso como un “desperdicio de recursos públicos”, cuyos costos, señaló, no han sido transparentados.
“Los centros de votación estaban prácticamente vacíos. Fue una jornada marcada por el caos, la confusión y la opacidad, un día trágico para la democracia del país”, afirmó.
A pesar de ello, reconoció que algunas personas acudieron con buenas intenciones a votar por candidatos honorables, aunque lamentó que la jornada estuviera dominada por el desinterés y la simulación.
Rojas Orozco reiteró que lo ocurrido es preocupante, ya que Morena acumula cada vez más instrumentos de poder. Criticó que esos no se utilicen para resolver problemas como la violencia en Colima -al que calificó como “el estado más violento del país”- o para abastecer los centros de salud y clínicas con medicamentos.
“Lo que presenciamos ayer son pasos agigantados hacia el autoritarismo. Ojalá las y los juzgadores que resultaron electos asuman con seriedad su papel histórico y no se presten a los intereses de Morena”, sentenció.
Finalmente, señaló que en Michoacán, una de las candidatas votadas está en prisión, lo que evidencia, en su opinión, la simulación que representó ese proceso electoral. “La gente no quiere participar en algo que sabe que es una farsa”, concluyó.
