Las personas LGBTIQ en América siguen viendo cómo sus derechos son negados en varios países, cuestionados en otros e incluso recortados en lugares como Estados Unidos y Argentina, que desde el norte y el sur del continente lideran una acometida contra la diversidad sexual y de género.
América presenta un amplio abanico de contextos legales para las personas LGBTIQ. Desde países como Jamaica, que criminaliza la homosexualidad, hasta otros que reconocen el cambio de género. Sin embargo, una constante en toda la región es que la violencia contra las personas LGBTIQ crece incluso en las naciones con leyes más garantistas.
La violencia persiste
Según el último informe de la red Sin Violencia, que monitorea la situación en 10 países de la región, en 2023 fueron asesinadas 364 personas de la comunidad LGBTIQ en México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. En Brasil, la ONG Grupo Gay da Bahia reporta una muerte violenta vinculada a esta población cada 34 horas.
En Colombia, donde el matrimonio igualitario es legal desde 2016, solo en los primeros 5 meses de 2025 se contaron 43 homicidios. En 2024 la cifra aumentó un 3.8% respecto al año anterior y se reportaron 689 agresiones sexuales contra personas LGBTIQ, casi 2 casos por día. Las mujeres lesbianas y bisexuales sufrieron la mitad de estos ataques.
Por su parte, Brasil sigue siendo uno de los países más mortíferos, especialmente para las personas trans. En 2024, 106 personas trans fueron asesinadas, un 30% del total mundial según la asociación Trans Murder Monitoring. El matrimonio homosexual se reconoce desde 2011, permite el cambio de género basado en la autopercepción y se han prohibido las terapias de conversión.
México registró 148 asesinatos de personas LGBTIQ en 2024, más de la mitad de ellas mujeres trans, según datos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio. Estas cifras se dan a pesar de que el país permite el matrimonio igualitario, reconoce la adopción por parejas del mismo sexo en 10 estados y autoriza el cambio de género en 20 de las 34 regiones.
Desde 2004, al menos 565 miembros de la comunidad LGBTIQ han sido asesinados en Honduras y más del 98% de los casos siguen impunes, según el Observatorio de Violencia hacia personas LGBTIQ+.
Derechos LGBTIQ estancados
Desde que Argentina fue pionera en América en reconocer el matrimonio homosexual en 2010, 12 países le han seguido la estela. Sin embargo, todavía hay estados que no lo aceptan, como la mayoría de Centroamérica, Venezuela, Paraguay o Perú, donde una encuesta de 2024 de Ipsos reveló que el 66% de los peruanos está en contra de reconocer este derecho.
Respecto a la legalización de cambio de género para personas trans, Argentina y Ecuador reconocen esta posibilidad en base de la autopercepción de quien la solicita, mientras que Cuba y Panamá todavía requieren cirugía de reasignación de género para otorgar el cambio y la mayoría de Centroamérica y el Caribe no ha legalizado la transición.
Cinco países del Caribe -Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas- criminalizan las relaciones homosexuales al tener versiones de las llamadas leyes de “sodomía” e “indecencia”, que datan de la época colonial y convierten a estas naciones en casos atípicos en el hemisferio occidental.
En Bolivia los crímenes de odio no están tipificados en la legislación y, por lo tanto, no se cuenta con cifras de la violencia por discriminación LGBTIQ, igual que sucede en El Salvador o Guatemala.
La protección para las personas intersexuales es prácticamente nula en la región: solo Colombia y Chile restringen las cirugías a las infancias intersexuales, una práctica denunciada por HRW como innecesaria y dañina física y psíquicamente.

