La mexicana Ayyselet Gutiérrez, que sufrió un ataque por parte de su expareja, Julio César “N”, quien le asestó 27 puñaladas el 18 de septiembre de 2022, marchó en Ciudad de México para pedir a las autoridades que cumplan con la orden de detención que pesa sobre él para poder vivir tranquila junto a su madre y su hija.
“La detención de Julio César es muy importante para darme tranquilidad a mí, a mi madre y a mi hija, para que podamos salir con normalidad a la calle sin que nos lo podamos encontrar. Y también para que a ninguna mujer le vuelva a pasar”, dijo a EFE Ayyselet minutos antes de iniciar una marcha a través de la emblemática avenida Paseo de la Reforma, desde el Ángel de la Independencia a la Glorieta de las Mujeres que Luchan.
Ella, su madre, su hija y compañeras de lucha caminaron esta tarde-noche cortando el tránsito vehicular y emitiendo consignas como “¡Ni una más, ni una violentada más!”. Al llegar a la glorieta de las Mujeres que Luchan, recordó su historia y pidió que las autoridades no dejen de buscar a su agresor.
“Mi principal grito es el de justicia. No hemos obtenido información sobre el paradero de mi agresor. Quiero que refuercen los recordatorios no solo cuando yo los pida. Y también quiero agradecer el acompañamiento de todas las que se sumaron hoy, me motiva mucho”, dijo emocionada a EFE.
Ayyselet marchó acompañada de su hija, quien presenció los hechos hace un año y golpeó la puerta del departamento hasta que 2 vecinas bajaron a socorrer a su madre -quien yacía en el suelo con escasos signos vitales- para lograr que Julio César parase de atacarla y saliese corriendo ensangrentado del lugar.
La joven marchó pidiendo justicia por ella y su familia, pero también para todas las supervivientes de intento de feminicidio de México. “Muchas están escondidas por miedo, vergüenza o temor a ser juzgadas. Que salgan, no están solas”, dijo.
Las mujeres que acompañaron a Ayyselet entregaron a los transeúntes folios con el rostro y la información de Julio César y recordaron que su familia lo ha encubierto.
Julio César le propinó un total de 27 puñaladas en distintas partes del cuerpo como cabeza, mejillas, debajo del ojo, en el cuello, en el pecho, en las manos y en los brazos, en la espalda y en una pierna.
Ahora, un año después, padece múltiples secuelas y dolor permanente. Perdió la visión en un ojo, la movilidad en una mano, tuvieron que reconstruirle la lengua y parte del rostro, además, sufre de parestesia y adormecimiento en varias partes del cuerpo.
El nivel de impunidad en los delitos de feminicidio en México, donde en promedio matan a 10 mujeres al día, estuvo en el 56.6% en 2022, según la organización Impunidad Cero.