La Universidad de Colima (UdeC) escribió un capítulo de enorme trascendencia al conferir el Doctorado Honoris Causa al ingeniero, catedrático e investigador mexicano Carlos Artemio Coello Coello. Su homenaje representa, para nuestra comunidad, una declaración sobre el rumbo que debe seguir México para superar el rezago tecnológico.
El Rector Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, al entregarle la distinción, subrayó una idea que merece ser colocada en el centro del debate: “La educación de calidad y la inversión en ciencia y tecnología son las verdaderas llaves del progreso y el bienestar”. Dicha afirmación, respaldada por la trayectoria del homenajeado, invita a orientar esfuerzos hacia estrategias de largo aliento.
Carlos Coello, originario de Tonalá, Chiapas, ha demostrado que la ciencia hecha en México puede estar en la vanguardia mundial. Su liderazgo en el campo de la optimización evolutiva multiobjetivo, aplicado en escenarios tan diversos como el diseño de aeronaves, la exploración de Marte o la mejora de redes eléctricas, lo convierte en un referente de la creatividad científica que nace de lo público.
Sin embargo, lo más inspirador no es solo su producción académica, sino su concepción del quehacer científico: desafiar dogmas, marcar su propia agenda y formar nuevas generaciones. Coello se reconoce como un “científico disruptivo”, pero también como un formador de jóvenes. Esa doble vocación -innovar y compartir- encarna la esencia de lo que la UdeC celebra en su 85 aniversario: la ciencia como un acto de compromiso con el país y con la humanidad.
La Universidad de Colima, al acoger a Coello en el claustro universitario de profesores, reivindicó la idea de que la universidad no debe limitarse a reproducir conocimiento, sino que debe atreverse a crear, innovar e inspirar. Al presentar al Doctor Honoris Causa como un ejemplo tangible de perseverancia y disciplina, nos recordó que la ciencia no es un lujo, sino una necesidad vital para enfrentar los problemas complejos de nuestro tiempo.
En un entorno nacional marcado por desigualdades y desafíos estructurales, las palabras del Rector se enlazan con las del propio Coello: “Si México quiere salir del subdesarrollo, debe invertir en educación y ciencia de frontera”.

