El presidente de facto de Sudán, general Abdelfatah al Burhan, se comprometió hoy a entregar el poder a los civiles, pero no dio una fecha precisa, al pronunciar el discurso en nombre de su país en la Asamblea General de la ONU.
Al Burhan, que iba vestido de civil, llegó a prometer que el ejército entregará el poder “al pueblo de Sudán”, y eso será “resultado de unas elecciones y un proceso legítimo y pacífico”.
Una vez completada la transición de poder, “las fuerzas armadas dejarán la política de una vez y para siempre”, dijo Al Burhan, llegado al poder en un gobierno mixto civil-militar en 2019 y luego protagonista de un golpe de Estado en 2021 que sacó a los civiles del Gobierno.
Al Burhan dedicó la mayor parte de su discurso a atacar a la facción militar que se ha levantado en armas contra su Gobierno, denominada Fuerzas de Apoyo Rápido y liderada por Mohamed Hamdán Dagalo “Hemedti”, a la que calificó de “grupos terroristas” dedicados a matar, quemar, saquear, torturar o reclutar niños soldados.
Hasta el momento, el conflicto ha dejado entre mil y 5 mil muertos, según diferentes cálculos, y ha obligado a más de 5.1 millones de personas a desplazarse dentro y fuera de Sudán, según la ONU, que apunta que casi el 70% de las personas que han tenido que abandonar sus hogares son de Jartum.
Por último, Al Burhan tuvo un mensaje contra cualquier intervención internacional en los conflictos en su país: “No permitiremos que nadie venga a solucionar nuestros problemas según sus intereses”, dijo, además de advertir: “Ni el Gobierno ni las fuerzas armadas ni otros organismos permitirán jamás una violación de nuestra soberanía ni una humillación”.
Esas señales son una alusión velada a la propia ONU, después de que su gobierno declarase persona non grata al Enviado Personal de la ONU para Sudán, Volker Perthes, el pasado 15 de abril. Perthes se vio obligado a presentar la dimisión 5 meses después.
Al Burhan, echando mano de una narrativa cada vez más popular entre los países africanos, concluyó: “Necesitamos liberarnos de las tutelas y buscar el interés de los pueblos africanos para poder recuperar su confianza”.
