El Gobierno de Venezuela realizó este sábado una jornada de adiestramiento militar en 312 cuarteles y unidades del país, con la participación de milicianos y Fuerzas Armadas, en respuesta a lo que considera una escalada bélica promovida por Estados Unidos en el Caribe.
El ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil, denunció que un destructor estadounidense ocupó temporalmente una embarcación venezolana con nueve pescadores, dentro de la Zona Económica Exclusiva del país sudamericano, lo que calificó como una “provocación armada”.
La Cancillería venezolana difundió un comunicado de tres páginas en el que acusa a EE.UU. de intentar justificar una acción militar en la región, tras mantener incomunicados durante ocho horas a los pescadores, quienes finalmente fueron liberados.
El Ejecutivo de Nicolás Maduro considera la presencia de ocho barcos con misiles y un submarino nuclear estadounidense en la zona como parte de una estrategia para propiciar un cambio de régimen en Venezuela, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, acusó a Washington de ejercer una “brutal presión psicológica” contra el país y aseguró que las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB) están dispuestas a “dar la vida” por la defensa de la nación.
Durante los ejercicios militares, el ministro de Interior, Diosdado Cabello, llamó a una “defensa implacable” y una “resistencia activa prolongada”, advirtiendo que “el que se meta con Venezuela la va a pagar muy caro”.
La jornada se desarrolló en el marco del Plan Independencia 200, anunciado esta semana por Nicolás Maduro, como parte de una estrategia para pasar de la lucha no armada a la lucha armada, en caso de una agresión militar estadounidense.
El Gobierno de Estados Unidos mantiene desde hace meses su señalamiento al régimen de Maduro por supuestos vínculos con el Cartel de los Soles, organización presuntamente ligada al narcotráfico, y ha ofrecido 50 millones de dólares por información que conduzca a su captura.
