El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, subrayó que es necesario “mantener el impulso” en la lucha contra el grupo terrorista Al Shabab en Somalia a pesar de los reveses sufridos por el Ejército del país, que cuenta con la ayuda ocasional de las tropas de Washington.
“Nuestra preocupación es que hemos creado un cierto impulso y queremos garantizar que se mantiene ese impulso”, dijo Austin en una rueda de prensa en Nairobi con el ministro de Defensa de Kenia, Aden Duale.
El secretario visitó la capital keniana en el marco de su primera gira africana, que arrancó este domingo en Yibuti y concluirá el miércoles en Angola.
“Sabemos que el progreso no siempre es una línea recta así que podemos ver las cosas mejorar un día y quizás vemos desafíos al día siguiente”, destacó.
Austin hizo estas declaraciones después de que el Gobierno somalí pidiera la pasada semana el aplazamiento de la retirada de la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia (ATMIS), que ha iniciado este año el traspaso gradual de sus responsabilidades al Ejército nacional.
Así, el Ejecutivo pidió en una carta dirigida a las Naciones Unidas una “pausa técnica” de 90 días después de “varios reveses importantes” que forzaron a los soldados somalís a retirarse de algunas zonas recientemente recuperadas.
En Yibuti, el secretario mantuvo una reunión con el presidente somalí, Hassan Sheikh Mohamud, quien le explicó que “necesita más tiempo” ya que “se enfrenta a la difícil tarea de mantener la presión sobre Al Shabab y, al mismo tiempo, generar fuerzas para poder seguir siendo efectivo”.
Según el dirigente estadounidense, Mohamud afirmó que, además de las acciones militares, se requiere “una inversión sustancial en otros aspectos, desarrollo económico, cosas que aborden las causas profundas de la inestabilidad”.
Duale, por su lado, anunció la firma de un marco de cooperación en defensa para el periodo entre 2023 y 2028, que “subraya” el “compromiso compartido con la paz y la seguridad en la región y globalmente”.
La ATMIS contaba con cerca de 20 mil uniformados en Somalia procedentes, en su mayoría, de Uganda, Burundi, Kenia, Yibuti y Etiopía.
El pasado 30 de junio, la misión terminó la primera fase de su retirada, después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobase la salida de 2 mil de sus efectivos antes de esa fecha.
Este 18 de septiembre, empezó la segunda fase que debía culminarse con la salida de otros 3 mil miembros antes del final del mes.
Este proceso coincide con una intensificación de las operaciones del Ejército somalí contra Al Shabab, después de que el presidente somalí anunciase en agosto de 2022 una “guerra total” contra el grupo terrorista.
Desde entonces, las Fuerzas Armadas de Somalia, apoyadas por la ATMIS, han llevado a cabo intensas ofensivas contra los terroristas, en ocasiones con la colaboración militar de Washington.
Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.