Los Philadelphia Eagles sometieron este lunes (25) por 11-25 a los Tampa Bay Buccaneers y, después de 3 semanas de haber iniciado la nueva temporada de la NFL, son el único equipo invicto de la liga junto a los Miami Dolphins y los San Francisco 49ers (todos ellos con 3-0).
La lluvia en el estadio de los Buccaneers no fue lo único que cayó sobre los de Tampa Bay, que perdieron tras 2 triunfos (2-1 ahora) y que en ningún momento pudieron infiltrarse en la rocosa e imponente defensa de los Eagles.
Jalen Hurts, mariscal de campo de los subcampeones del último Super Bowl, consiguió 277 yardas con 23 de 37 en pases, un pase de anotación y un touchdown a la carrera. La cruz de su actuación fueron las 2 intercepciones que sufrió.
Más complicada fue la noche de Baker Mayfield, quarterback de los Buccaneers y que acabó con 146 yardas con 15 de 25 en pases y un pase de touchdown (ya en el último cuarto con todo decidido). Además, fue interceptado en una ocasión.
La defensa de Filadelfia limitó especialmente el juego de carrera de Tampa Bay, que solo pudo conquistar 41 yardas frente a las 201 yardas por tierra de los Eagles.
Arrancaron con fuerza los Eagles: Hurts conectó pronto con A.J. Brown, la defensa de Filadelfia frenó a Mayfield y Britain Covey se lució con un retorno de 52 yardas.
Sin embargo, los visitantes pecaron de contundencia en las yardas finales, tanto que se atascaron en un cuarta y 2 y en el drive posterior tuvieron que contentarse con un gol de campo (0-3 tras el primer cuarto).
Después de que Tampa Bay empatara con un nuevo field goal (3-3), los Eagles apretaron el acelerador y Hurts se inventó un excelente pase bajo presión de 34 yardas para la anotación de Olamide Zaccheaus (3-10).
En los últimos 2 minutos y medio de la primera parte pasó de todo. Primero Mayfield fue interceptado por Reed Blankenship, pero Hurts también sufrió una intercepción a manos de Devin White.
Poco le duró la alegría a los locales ya que Jalen Carter forzó un balón suelto con el que los Eagles recuperaron la iniciativa y se marcharon al descanso con un nuevo gol de campo (3-13).
La potencia de D’Andre Swift en el juego terrestre brilló en la reanudación para los de Filadelfia, que sumaron otro touchdown (3-20) con Hurts haciendo un quarterback sneak (una jugada en la que el mariscal del campo, a muy pocas yardas de la zona de anotación, va directo hacia adelante por el centro de la línea ofensiva).
Hurts sufrió una nueva intercepción poco después, esta vez a manos de Dee Delaney, pero los Buccaneers fueron incapaces de aprovecharlo y, de hecho, se estrellaron justo a continuación con un safety (3-22 para clausurar el tercer cuarto).
Un nuevo field goal creo la máxima diferencia de la velada (3-25), aunque Tampa Bay respondió con su primer touchdown, por cortesía de Mike Evans, y conversión de 2 puntos a falta de algo menos de 10 minutos para el final (11-25).
No tembló el equipo dirigido por Nick Sirianni, que gestionó perfectamente el reloj en el desenlace y se llevó el triunfo a Pensilvania.
