La Universidad de Colima es un ejemplo constante en la promoción de la diversidad e inclusión. Creemos en ello y cada día trabajamos para promover un entorno en el que todas las voces tengan la oportunidad de ser escuchadas y valoradas. Por ello, no podemos subestimar la necesidad de aprender y comprender la Lengua de Señas Mexicana (LSM).
Sabemos que la LSM es una herramienta crucial para comunicarse con una parte significativa de nuestra sociedad. Las personas sordas y con discapacidad auditiva merecen tener igualdad de acceso a la información, la educación y la cultura. Al aprender LSM, no solo estamos rompiendo barreras de comunicación, sino también construyendo puentes de comprensión y empatía.
En primer lugar, la adquisición de LSM es una muestra de respeto y consideración hacia una comunidad que ha enfrentado obstáculos significativos en su búsqueda de igualdad de oportunidades. Hablar su lengua demuestra nuestro compromiso con la inclusión y nuestra voluntad de eliminar las barreras que separan a las personas sordas de la sociedad en general.
En segundo lugar, la LSM no solo es una forma de comunicación, sino también una expresión artística y cultural. A través de gestos, movimientos y expresiones faciales, se pueden transmitir emociones y significados de manera profunda y rica. Al aprenderla, abrimos nuestras mentes a una forma diferente de expresión y experimentamos una cultura que merece ser apreciada y valorada.
En tercer lugar, la LSM es una habilidad valiosa en un Mundo cada vez más globalizado. La comunicación es la clave para el progreso y la colaboración, y al aprender la LSM, ampliamos nuestras posibilidades de conectarnos con un grupo diverso de personas y contribuir al enriquecimiento de nuestras comunidades.
Por todo lo anterior, aprender la LSM no es solo un deber moral, sino una oportunidad para enriquecer nuestras vidas y comunidades.