A pesar de los anuncios de apoyos sociales, en la Escuela Secundaria “Adalberto Torres Gaytán”, ubicada en Tecomán, su directiva, Isabel Martínez, asegura que las Becas “Rita Cetina” “no están funcionando” y que el sistema educativo enfrenta un abandono que rebasa los límites de la paciencia magisterial.
“Doy testimonio desde mi contexto -Isabel Martínez-: aquí hay niños que desde primer o segundo año recibieron su beca apenas ayer y siguen viniendo sin tenis, sin uniforme. Cuando pregunto qué pasó con el dinero, me entero de que las tarjetas están en manos de padrastros o madrastras, y que muchas veces se usan para comprar caguamas, cigarros o alcohol, para pagar el centro de rehabilitación, pero nunca para lo que fueron creadas: fortalecer la parte escolar”.
Además del mal funcionamiento de las becas, la directora señala un problema más profundo: la falta de personal docente y de apoyo especializado. “Ocupamos psicólogos de cabecera, no pasantes que vienen 2 o 3 meses a hacer su servicio social. Empiezan un proceso terapéutico con los menores y luego se van. Eso es contraproducente. Los niños necesitan continuidad y confianza”, subraya.
Agregó que los recientes hechos ocurridos en Manzanillo, donde un video de menores se hizo viral tras protagonizar una pelea violenta dentro de una escuela, son solo “la punta del iceberg” de una crisis emocional que se vive en los planteles.
“Los profesores no somos psicólogos. No estamos capacitados para contener emocionalmente a los alumnos. Y si un docente intenta ayudar, se expone a consecuencias legales. En una situación jurídica nos van a cuestionar: ‘¿Por qué intervino si usted fue contratado para dar matemáticas o química?’ Por eso muchos maestros prefieren no intervenir, aunque sepan que un alumno está en crisis”.
La directora recordó que la Ley General de Educación obliga al Estado a proveer no solo infraestructura, sino también el recurso humano necesario para el funcionamiento pleno de las escuelas. Sin embargo, dice, “no lo están haciendo”.
“A mí me faltan maestros de tutores de integración curricular desde septiembre. Es complicado tener un grupo sin maestro: si un grupo no tiene adulto frente a ellos, van a grabar tonterías con el celular, se van a pelear o incluso pueden hacerse daño. Los alumnos necesitan adultos presencialmente en su clase. Si eso no ocurre, la responsabilidad es de la Secretaría de Educación del Estado”, denuncia.
