Ante el inicio de fiestas de fin de año, el médico veterinario Heriberto Carlos Doria hizo un llamado a la población para moderar el uso de cohetes y fuegos artificiales durante las celebraciones decembrinas, al advertir que los estruendos generan afectaciones severas tanto en animales domésticos como en fauna silvestre y en personas con sensibilidad auditiva.
El especialista de Tecomán explicó que los animales poseen una capacidad auditiva mucho más desarrollada que la de los seres humanos, razón por la cual los sonidos explosivos resultan especialmente dañinos. “Un cohete para ellos equivale a recibir un estallido directo a través de un audífono. No solo los asusta; también puede causar daños en su oído”, señaló.
Carlos Doria subrayó que, además de perros y gatos que viven en hogares, la pirotecnia impacta a animales de zonas rurales. “En los ranchos también hay animalitos que sufren cuando los niños o los adultos truenan cohetes cerca. Es un problema que no se limita a las ciudades”, apuntó.
El veterinario recordó que los efectos negativos no solo afectan al ámbito animal, pues indicó que personas con condiciones especiales, como niñas y niños con autismo o adultos mayores con mayor sensibilidad auditiva, pueden experimentar ansiedad, desorientación o malestar físico ante los ruidos intensos. “Hay que pensar también en ellos; los estruendos les afectan tanto como a los animales”, indicó.
En su experiencia clínica, dijo que es común que durante temporadas festivas aumenten las consultas por mascotas con crisis nerviosas. “Me llaman porque hay perritos que entran en pánico, hacen destrozos, buscan esconderse debajo de la cama y no quieren salir. El miedo que les generan los cohetes es real”, comentó.
Finalmente, Doria exhortó a la ciudadanía a optar por alternativas menos ruidosas y a ser más consciente del impacto que tiene la pirotecnia en su entorno. “Si evitamos los explosivos fuertes, protegemos a nuestras mascotas, a la fauna y a las personas vulnerables”, concluyó.

