La “Colonia Dogtores”, un proyecto que simula un barrio de animales rescatados, da esperanza de vida a los perros callejeros de Puebla, en el centro de México.
El proyecto, en el municipio de Tehuacán, inició en 2020 con la construcción de casas de madera y techos de lámina para que los canes tuvieran un hogar y una segunda oportunidad de vida sin violencia.
El lugar se ubica en la Universidad Tecnológica de Tehuacán (UTT) porque es un proyecto en el que participa la comunidad estudiantil, maestros y personal administrativo, por lo que crearon un fondo económico voluntario para solventar alimentos, atención médica y otros gastos.
Por ahora, viven ahí 9 perros que comparten las instalaciones con los alumnos, ya que son libres de andar en la institución.
La perrita más famosa se llama “Gorda” y se dice que está encargada de vigilar el ingreso de los estudiantes porque en la mañana se coloca arriba de una jardinera de manera estratégica para que todos los alumnos pasen y la llenen de caricias.
Esta perrita blanca esponjosa tiene 8 años aproximadamente en el plantel y ahora es la imagen de la campaña publicitaria interna que fomenta el respeto animal y la tenencia responsable de mascotas.
“El Ingeniero” es un perro de color blanco parecido a un pitbull, que prácticamente abandonó su casa para ir a vivir al edificio donde se imparten las clases de ingeniería.
En el lugar también vive “La Doñita”, llamada así porque tuvo a sus cachorros en la universidad.
Mientras que “SKY” y “La Muñeca” ayudan a los policías a realizar los rondines de vigilancia.
Contra el maltrato animal en México
Se estima que en México 7 de cada 10 animales de tipo domésticos sufren de algún tipo de maltrato, con más del 70% de los perros y 60% de los gatos en situación de calle, según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ignacio Tecua Sánchez, integrante de la Dirección de Extensión Universitaria de la UTT, busca mejor calidad de vida para los animales del lugar, ya que cuando llegaron recibieron la atención médica necesaria para corregir su desnutrición, heridas en el cuerpo, y otras condiciones que ponían en riesgo su vida.
“Realizamos campañas de información y la rectoría se dio cuenta de que había mucha gente interesada en apoyar el proyecto, y de manera voluntaria darles un hogar con todo lo necesario”, expuso.
Mencionó que no fungen como un refugio que pueda rescatar a todos los perros que encuentran, pero atienden a cachorros que llegan lastimados con atención médica y cuando se sienten mejor se dan en adopción.
La estudiante Juana Mariana Callejas es la encargada de monitorear a los canes, que no les falte comida o agua, y que no presenten lesiones.
Con información e imagen de EFE