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COLUMNA: Ciencia y Futuro

Por Redacción Dic11,2025 #Opinión

Calderas: una huella de las erupciones más grandes de la Tierra

Por Nick Varley*

Los volcanes existen en varias formas y tamaños. Estamos acostumbrados a imaginar solo un volcán con formación cónica, como el emblemático Volcán de Colima, pero pueden ser mucho más pequeños, como los cientos de volcanes tipo cono de escoria, como los de la zona de Michoacán y Guanajuato, pero también de otras partes de México. Conos como el Paricutín representan el tipo de volcán más común en el mundo. 

Al otro extremo en términos de tamaño son las enormes depresiones en la tierra, generadas por grandes explosiones, esta formación tiene por nombre «caldera». La generación de una caldera implica el vaciamiento de un gran reservorio de magma en un periodo corto por una erupción volcánica de gran magnitud. En la vulcanología, se aplica la escala de Índice de Explosividad Volcánica para ilustrar la magnitud de una erupción (VEI, por sus siglas en inglés).

Una erupción como la última de gran magnitud del Volcán de Colima en 1913 que se registró como VEI 4, otra gran erupción fue la de Hunga Tonga–Hunga Haʻapai en 2022, con un VEI 5-6, y la erupción más reciente con un VEI 7, fue de Tambora en Indonesia en 1815, aunque las dos últimas produjeron calderas, no fueron grandes. Una erupción de nivel VEI 8 está reservada para las erupciones que forman las calderas con enormes dimensiones, y el ejemplo más famoso es de Yellowstone en EUA. Este volcán tiene una caldera con las dimensiones de 50 x 70 km formada por su erupción explosiva más reciente hace 640,000 años.

Durante las erupciones más grandes, son emitidas una enorme cantidad de magma, vaciando los reservorios donde el magma estaba esperando, tal vez hasta cientos de miles de años, por eso resulta en un hueco de kilómetros abajo, un espacio que no puede sostener la masa encima, y todo colapsa generando una gran depresión en la superficie. La caldera más grande identificada en el mundo es la del Lago Toba en Indonesia. Sus dimensiones son de 100 x 30 km y es el resultado de una enorme erupción hace 77,000 años. Estas erupciones a su vez generan cambios climáticos muy significativos.

Por otra parte, las erupciones de mayor magnitud generan un tipo de flujo conocido como ignimbrita. Son flujos de gas y ceniza que cubren áreas hasta de 100 km2 y sus depósitos pueden llegar hasta 100 metros de espesor. Adentro de las ignimbritas se encuentran grandes cantidades de piedra pómez, que es un indicador de la gran cantidad de gas que salió del volcán junto con el magma.

En la historia de México se incluyen muchas erupciones que formaron calderas. Existen calderas activas como Los Humeros en Puebla, que es uno de los tres sitos más importantes de México en los cuales se genera energía por el calor que se encuentra debajo de la superficie. Las calderas y sus ignimbritas han dado al país otro muy importante recurso – la cantera. Esta es una roca utilizada en la construcción de muchos edificios coloniales o modernos y esta es ignimbrita soldada que significa que es más dura. 

Un caso es el Bosque de la Primavera, el cual es un lugar protegido por su flora y su fauna, pero también representa un ejemplo de patrimonio geológico. Sí, es una caldera, pero no es cualquier caldera, ya que geológicamente tiene características muy especiales. La pómez es una roca con muy baja densidad que flota en el agua, y está presente en muchos depósitos volcánicos, sin embargo, La Primavera, tiene algo extraordinario: la pómez gigante, que es una capa de rocas de pómez con dimensiones a veces en exceso de un metro de diámetro. Su formación es debido a una gran erupción debajo del agua de un gran lago prehistórico.

Cerca del pueblo de Tala, Jalisco, uno puede encontrar varias “zonas arqueológicas” identificadas así en Google Maps. ¿Qué son estos lugares? ¿Son pirámides, o poblaciones prehispánicas? No, son productos de un fenómeno poco estudiado y La Primavera es el mejor lugar en el mundo para observarlos. Se puede entender la confusión y la idea de que su origen es algo humano, su apariencia es como paredes, remanentes de edificios, tal vez caminos. Sin embargo, la realidad es que son estructuras totalmente naturales, un cambio en su estructura ha generado algo más resistente a la erosión y por lo tanto ahora emergen del depósito de la ignimbrita que en su mayoría es material suelto, no-cementado.

En este lugar se encuentran muros de hasta 20 metros de largo y áreas llenas de columnas de diversos diámetros. Actualmente, se investigan los procesos que generaron estas fascinantes estructuras, las cuales se pueden comparar con estructuras similares encontradas en las calderas de Long Valley y Valles en Estados Unidos. ¡En Jalisco su distribución es mucho más amplia, y hay evidencia de que la mineralogía no es constante, tal vez una característica única en el mundo!

La caldera de La Primavera es tan impactante y diferente, que se puede considerar inigualable y por eso merece su preservación. Hay una iniciativa ciudadana para que sea declarada como Geoparque, ojalá tenga éxito, para garantizar su conservación y sea un Patrimonio Nacional, para que continúe siendo un recurso para la educación de generaciones futuras.

Para más información sobre el tema del presente texto, puede consultarse el siguiente enlace: https://pubs.geoscienceworld.org/gsa/geology/article-abstract/45/11/1015/516667/Evenly-spaced-columns-in-the-Bishop-Tuff

*Profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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