En 2 puntos de Jerusalén, ubicados uno del otro a por lo menos 3 kilómetros de distancia, 2 grupos de mexicanos que urgen salir de Israel narraron el temor de escuchar durante las últimas horas al menos 7 alertas, 2 de ellas durante este lunes, que les indican que misiles lanzados por Hamas pueden matarlos.
En el hotel del centro de la ciudad, un grupo de 47 personas, en su mayoría campechanos, pero también otros de Monterrey, Ciudad de México y Jalisco, y desde un departamento rentado en la Ciudad Antigua, una familia de Irapuato, comentaron sus días en búnkers, con rezos, audios de pánico y llamados de auxilio a las autoridades.
Franco Alberto Soria Macías, quien viajó con su esposa y sus 3 hijos, de 1, 5 y 8 años de edad desde Irapuato a Tierra Santa, narró a Grupo REFORMA su necesidad de ser rescatados por el Gobierno de México.
“Que se apresure el Gobierno, desde aquí se puede ver cómo la situación está escalando, se pude apreciar que no es un tema sencillo, que en cualquier momento empeora y vuelven a cerrar el espacio aéreo, que hay mucha gente aparte de nosotros que estamos esperando su ayuda”, expresó en entrevista.
Franco y su familia llegaron a Tel Aviv el 30 de septiembre, pensaban regresarse el pasado 8 de octubre, pero les cancelaron sus vuelos, y ahora su esperanza está en los 2 vuelos que el Ejército y Fuerza Aérea enviarán, tras escalas en Canadá, Irlanda y Turquía, para rescatar a mexicanos varados.
“Veníamos a vacacionar, hemos vivido momentos difíciles, necesitado ayuda de gente, te puedo decir que muchos judíos son lindas personas, un pueblo con gran corazón, nos han ayudado sin conocernos, con intención que estemos bien, ha sido de aprendizaje, de saber que a veces las cosas se pueden complicar y agradecer a Dios que estamos bien y la gente que nos ha apoyado”.
A sus hijos, precisó Reforma, desde el sábado pasado, cuando las sirenas les alertaron de los misiles y en el cielo se observaban las explosiones, les tuvieron que asegurar que la guerra “era lejana” como modo de protección, dijo Franco Alberto.
“Escuchamos las sirenas, no reconocimos qué era, les preguntamos al propietario del inmueble, nos dijo que eran cohetes lanzados por Hamas (…) empezaron las sirenas a sonar más, en Jerusalén pocas veces sonaban tan seguido, muy extraño, empiezan los bombardeos constantes, espantados vemos todo el cielo dibujado con rastros de cohetes y cómo estallaban encima de nosotros, las sirenas son bastante espeluznantes”, dijo.
“Mis hijos se dan una idea, le hemos manejado el tema sutil, le hemos manejado que está lejano el conflicto, que no es aquí, están relativamente tranquilos afortunadamente, sabemos que está escalando el conflicto, que las cosas cambian en cualquier momento por acá”.
Con información de Reforma