El Mariachi Tradicional Los Once Pueblos de Colima, integrado por personal del Centro Universitario de Bellas Artes Manzanillo (CUBAM) de la Universidad de Colima, recibió la medalla “Cirilo Marmolejo” por su trayectoria, calidad interpretativa, repertorio antiguo y trascendencia regional, en el marco del XXI Encuentro Nacional de Mariachi Tradicional “El fandango, la fiesta en Jalisco”, celebrado en el Andador Alcalde de la ciudad de Guadalajara.
Organizado por la Secretaría de Cultura de Jalisco, este festival promueve la difusión de la riqueza y diversidad cultural del mariachi tradicional, con una programación que incluyó talleres, conciertos, y espacios para la formación de públicos y el diálogo entre profesionales.
En esta ocasión, el festival contó con la participación de más de 30 agrupaciones, de las cuales 3 son del estado de Colima: Los Once Pueblos, el Grupo de Hoja Santa y el Mariachi Tradicional Camino Real.
Los Once Pueblos de Colima es un grupo integrado por músicos y egresados de la Universidad de Colima como Carlos Alberto Bernabé Alejo, Gustavo Eduardo Mariano, Édgar Antonio Ramos, Francisco Javier Alcaraz y Rommel Jorge Bernabé, junto a personal del CUBAM: Hugo Alejandro Quintero y Melissa Azucena Pereida, también integrantes del Dueto Cordas.
En una entrevista, Hugo Alejandro Quintero y Melissa Azucena Pereida expresaron su agradecimiento a la Secretaría de Cultura de Jalisco por este reconocimiento. También compartieron que esta medalla es la segunda vez que se entrega para Colima desde la creación de dicho festival, la primera vez ocurrió en 2009 y se la llevó el Mariachi Tradicional Los Cocoteros.
Durante las actividades del festival, el Mariachi Tradicional Los Once Pueblos de Colima ofreció un concierto que contó con un repertorio digno del disfrute, creado para la nostalgia, con obras como Cuatro milpas, Alta y delgadita, Hermosísimo lucero; y los sones del Pitayero y el Palmero, popularizados por grandes figuras de la música como Antonio Aguilar y Cuco Sánchez.
“Estábamos sorprendidos, porque había una tarima cerca del escenario y veías a las personas ponerse de pie y animarse con la música. Una de las finalidades de la tarima es que se suban bailarines a zapatear mientras está tocando el grupo. Nos sucedió que los zapateados y faldeos nunca faltaron por parte del auditorio que disfrutaba del fandango”, detallaron ambos universitarios.
Cuando se les cuestionó sobre los próximos pasos de la agrupación, ambos expresaron las ganas que tienen de continuar promoviendo esta expresión artística para las nuevas generaciones, con la finalidad de rescatarla y difundirla a través de conciertos didácticos, donde pueden mostrar sus instrumentos y hablarles sobre las composiciones y las diferencias entre el mariachi contemporáneo y el tradicional.