Jue. Sep 19th, 2024

COLUMNA: Vivir para contarla

Por Redacción Oct27,2023

El miedo anda en las oficinas…

Por Rosario Gutiérrez

Hay quienes creen que, en estas fechas cercanas al día de muertos, el velo entre lo que hay más allá y nuestra realidad se hace más fino y la tradición de los primeros días de noviembre, cuenta que nuestros seres más queridos regresan a visitarnos y llevarse la esencia de los alimentos que preparamos para ellos en nuestra ofrenda.

Pero hay lugares donde pareciese que el velo nunca se cierra y señales de un más allá llegan hasta nuestra cotidianidad continuamente, por ejemplo, en las oficinas de la burocracia… por ello a continuación te comparto 2 historias de este tipo que ocurrieron en una dependencia, que seguramente has visitado más de una vez en tu vida para pagar alguna multa de vehículo.

Las computadoras prendidas

Era un día atípico en el trabajo para Arnoldo, por una actividad especial la mayoría de sus compañeros se habían quedado en la oficina hasta alrededor de las 7 de la tarde y él, como jefe de la mayoría, tenía que quedarse aún más para finalizar la actividad y dejar todo en orden.

Ya en su oficina finalizando los últimos detalles, Arnoldo escuchó ruido afuera, justo en la parte donde se da atención al público, donde se reciben sus papeles, donde se dan recibos de pago y se vocean personas para que se acerquen a la ventanilla…pero ya era muy tarde y todos los demás compañeros ya habían abandonado el lugar, a él le constaba que era la última persona en la oficina.

Decidió hacer una llamada por teléfono, para sentirse acompañado supongo, y a la vez salir de la oficina para ver de qué se trataba el ruido, sin embargo no encontró nada ni a nadie, pero sí vio al fondo una computadora prendida y pensó que alguien la había olvidado así, por lo que procedió a apagarla y volver a su oficina.

Momentos después al volver a salir, otra vez para caminar mientras hacía una llamada telefónica volvió a encontrar prendida la computadora y pensando en un fallo del equipo se quedó frente a ella mientras la apagaba, verificando que la misma se apagara correctamente, por ello todavía pasó unos minutos viéndola fijamente y asegurándose que no hubiera cambios en el monitor en negro y cuando sintió que había pasado suficiente tiempo, se levantó para por fin ir a descansar a su casa, pero en el momento en el que se dio media vuelta…la computadora se prendió otra vez, situación que lo alentó a dejar lo que tuviera pendiente por el día e irse del lugar.

Las bancas que se arrastran

En la misma oficina, pero al menos un par de años antes, Ángel se encontraba trabajando también hasta tarde, en esta ocasión él escuchó que las sillas donde se da atención al público se arrastraban, como si alguien las estuviera reacomodando, lo cual, le causó inquietud pues hacía ya varias horas que el resto de sus compañeros se habían ido, por lo que se decidió a salir para ver qué pasaba y si es que alguien había irrumpido en la oficina.

Sin embargo, al salir de su oficina y ver el área donde escuchó el ruido, esta se encontraba sin ningún cambio, todo estaba en su lugar.

Lamentablemente para Ángel, esta no sería la única ocasión en la que algo sin explicación le pasaría y anécdotas de este tipo en la oficina, ya se han hecho comunes para él, desde sobres con documentos que “flotan” de su lugar para caer al piso, hasta puertas que se tocan solas.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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