Para paliar, de alguna manera, el estrés que genera la larga espera de documentos migratorios, organizaciones civiles enseñan a los migrantes varados en la frontera norte de México y que intentan llegar a Estados Unidos, la elaboración de artesanías para que adquieran un oficio para subsistir en un futuro y de paso mejorar su salud mental.
Decenas de personas acuden semanalmente a talleres diseñados por la organización Abara, fundada en El Paso, Texas, pero que impulsa programas en Ciudad Juárez, en los que se les enseña a los migrantes a elaborar artesanías con 2 fines: Por un lado aprenden un oficio para subsistir y por otro se olvidan del ajetreo de la migración y los albergues.
Las piezas que hacen los migrantes pueden ser compradas en la galería de Abara o regaladas a donantes, con lo que se financian más talleres de la organización para enseñarles a trabajar y ayudarles a relajarse.
El arte de la relajación
En una mesa de unos cuatro metros de largo, una decena de personas en situación de movilidad lucen tranquilas mientras pintan pequeños portavasos y otras piezas de madera. Alguno decora la bandera de Venezuela, otro llena su figura de flores y otros descargan sus mensajes motivacionales como “Tú puedes”.
Andrés, de 23 años, llegó a Ciudad Juárez hace cuatro meses procedente de Villa de Cura, Venezuela. Para llegar a Ciudad Juárez cruzó la selva del Darién viviendo todos los peligros que implica la complicada ruta.
“Siento que esto me ha distraído bastante, me ayuda a olvidarme de los problemas que diariamente vivimos, en lo que nos estresa bastante al esperar tantos días y no tener cita programada (con autoridades de Migración)”, explica Andrés con voz tranquila, tras unas horas de estar haciendo manualidades.
“Esto nos ayuda a aprender una cosa nueva para cuando crucemos o decidamos quedarnos aquí, en algún futuro, sea lo que sea el plan de Dios, tenemos algo con qué defendernos, más lo que ya sabemos desde nuestros países. Llevo 4 meses en Juárez, estoy optando todavía por mi cita, todavía no la tengo pero este tipo de talleres me ayudan a distraerme”, añade.
Rosa Mani Arias, coordinadora del área de Servicio al Migrante y Huellas de Abara Juárez, explica que el programa Huellas se construyó para brindar herramientas a los migrantes para que en un futuro ellos las puedan utilizar en su lugar de destino.
“Estamos haciendo encapsulado en madera y también hemos hecho joyería fina para dama, jabones, velas, vitral emplomado, tenemos varias actividades que llevamos a cabo, pero nos interesa también el tema de la autoestima y la motivación y brindar un momento alegre”, explica la coordinadora, quien cuenta con más de 20 años de experiencia en apoyo a migrantes.
“Trabajamos mucho con el tema de motivación y de superación personal, a veces al estar dentro de un albergue están pensando sólo que si la cita ya cayó, que si al vecino ya le llegó y a mí no, están en constante desesperación y este tipo de actividades son maravillosas”, contó Arias.
La activista dijo que de esa forma los migrantes “no están en el albergue, pensando en la misma idea y todo el tiempo, en cambio están en un área externa compartiendo con otras personas y conocen otras partes de Ciudad Juárez y lo mucho que podemos entregar”.
Sobre los productos que elaboran los migrantes, estos son expuestos en galerías de Abara en El Paso, Texas, y se regalan a personas que hacen donativos y ese dinero se reparten entre los albergues de Ciudad Juárez.
En el lugar los migrantes eligen la música. El ambiente es alegre y tranquilo. Cada quien se concentra en sus pinceles y los dibujos que llenan de recuerdos y deseos.
“He visto muchos amigos que ya han cruzado y me mantengo con mucha fe de que voy a cruzar sin lanzarme en un río, sin cruzar púas o arriesgarme, a través de la cita CBP One”, explica el migrante procedente de Venezuela.