Las ONG temen que el mayor centro de acogida de inmigrantes y demandantes de asilo en París, situado a 2 pasos del Museo del Louvre, se cierre temporalmente en 2024 por razones de imagen durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
Este centro humanitario recibe de media a unas 150 personas al día, la mayor parte afganos y de países del África subsahariana. En esta estructura, los inmigrantes no pernoctan ni comen, pero pueden asearse, consultar un médico, aprender francés, descansar y cargas sus móviles.
Sin embargo, las fuertes medidas de seguridad previstas para los Juegos en el centro de la ciudad, donde se encuentra el Louvre, pueden llevar a las autoridades a decidir un cierre temporal de este centro, que dejaría aún más desamparadas a estas personas, alertó a EFE Paul Alauzy, de Médicos del Mundo.
“Tememos enormemente que se haga una especie de ‘limpieza social’ antes de los Juegos Olímpicos, ya que nuestro miedo es que, cuando todas las cámaras del Mundo estén filmando París, se quiera esconder la miseria, la mendicidad, la solidaridad”, denunció Alauzy.
El miembro de la ONG plasmó otra inquietud. Aunque este centro humanitario bajo la responsabilidad del Ayuntamiento socialista de París no llegue a cerrar sus puertas, podría quedar prácticamente inutilizado.
“Habrá (durante los JJOO) un aumento de controles policiales y estamos hablando de usuarios que normalmente ya están acosados por la policía. Este lugar puede acabar inaccesible para ellos”, apuntó Alauzy.
A pesar de que todavía no han recibido explicaciones de la parte del Comité de organización de los Juegos Olímpicos ni de las autoridades francesas sobre el devenir de este punto de acogida, las ONG lanzaron el colectivo “El reverso de la medalla” para evitar también la clausura de puntos de atención médica y albergues de emergencia.
Esta iniciativa pretende que se mantenga un mínimo de asistencia para las personas que viven en la calle en el año de los JJOO. Según los datos de junio pasado, son unas 3,600 personas las que pernoctan a la intemperie en París cada día, de las que 2,600 son migrantes.
“Aquí vengo a ducharme y a ver al médico”
Baschir, un demandante de asilo afgano de 30 años, es uno de los usuarios que podrían verse afectados por las draconianas medidas de seguridad de los Juegos Olimpicos.
Este joven, quien duerme en las inmediaciones de la estación del Este, señaló que acepta las eventuales decisiones tomadas por las autoridades francesas. “Si cierran este centro -comentó-, lo tenemos que respetar. Es una decisión del gobierno”.
No obstante, Baschir reconoció que esta instalación es “muy importante” para él. “Vengo aquí a beber un café, a ducharme. A veces, cargo también el móvil, y veo al doctor”.
El demandante de asilo se mostró estoico mientras espera una decisión por parte de las autoridades para saber si le aceptan como refugiado, algo que puede llevar meses o incluso años. “No me queda otra que aguardar, no puedo hacer otra cosa”, se resignó.