A propósito de Voces en la sombra, su nueva novela, la escritora mexicana Beatriz Rivas cree que el instinto de los seres humanos no es vivir con una sola pareja, como confirmaron los protagonistas de su libro.
“La naturaleza del ser humano no es la monogamia. Nos queda claro en la historia del hombre que la monogamia no es lo nuestro, aunque las instituciones nos han restringido”, aseguró la autora en una entrevista con EFE.
Publicada por el sello Alfaguara, la obra recrea la historia de Anne Pingeot, amante del expresidente de Francia, Francois Mitterrand, y Juliette Drouet, querida del escritor Víctor Hugo. Ninguno de los 2 quiso divorciarse y ambos respetaron a sus mujeres desde la poligamia.
“Cuidé que no hubiera víctimas. Antes de conocer la historia evité que las esposas aparecieran como las ´pobrecitas´ a las que les ponen el cuerno. Después supe que las primeras en ser infieles fueron Adele, compañera de Mitterrand, y Danielle, de Víctor Hugo”, aseguró.
El libro desvela el lado humano de las dos personalidades de la historia de Francia, que crecieron con la influencia de sus amantes. Drouet cuidó los textos de Víctor Hugo y a veces sugirió cambios; Pingeot aportó vitalidad a la vida de Mitterrand, en una relación de seres inteligentes, amantes de los libros, la música y del arte.
El brindis de los polígamos fieles
Mitterrand toma champagne, Víctor Hugo, vino tinto de Bordeaux. El camarero les pone en la mesa un plato de aceitunas verdes y negras aliñadas con aceites de oliva y hierbas de olor; entonces proponen un brindis: “¡Salud! Por un par de polígamos muy fieles”.
El encuentro entre los dos hombres sólo puede ocurrir en el territorio de la ficción. Hugo murió más de 30 años antes del nacimiento de Francois, pero Beatriz Rivas los hizo coincidir con la vara mágica de la literatura.
“Esa escena en que ellos conversan fue la que más trabajo me costó. Traté de poner todo de manera sutil y contar de qué hubieran podido hablar estos dos grandes hombres”, confiesa Rivas.
Después de leer miles de páginas, la escritora pintó con palabras a un Víctor Hugo que se casó virgen, era celoso y escribía de pie y a un Mitterrand guardameta de fútbol, bailador de tango, impuntual, que prefiere tomar agua directamente de la botella.
Juliette y Anne, las amantes, también coinciden en muchas cosas, aunque llevan vidas diferentes.
“Para Anne amar a Mitterrand fue un acto de libertad y para Juliette, al revés. Ella amaba profundamente a Víctor Hugo; sin embargo, no tenía muchas opciones; era huérfana, venía de un entorno de gente sin dinero, sin educación”, explica la escritora.
A partir de cartas, diarios, documentos históricos, la novela se detiene en momentos importantes de la relación de los dos hombres famosos con sus amantes. Sin morbo, la obra hurga en los sitios sombríos donde las amantes dan sin esperar. En el caso de Anne Pingeot, el libro desvela a una mujer de una fortaleza metálica.
Amor sin besos robados
El amor crece a medida que avanza la lectura, mientras una pasión en lontananza despliega sus alas. Alexis, el mejor amigo de Anne, pasó la vida enamorado de su cómplice, pero fue lento; Miterrand se le adelantó y la mujer no tuvo ojos para nadie más.
“Cuando empecé a escribir la novela Alexis y Anne nada más eran amigos y de pronto dije, por qué no una tensión y me fui regresando a reconstruirla. Si él le hubiera dicho a ella, quiero ser tu pareja, ella ni siquiera se hubiera fijado en Mitterrand”.
Es Voces en la sombra un canto al amor libre, una novela en la que casi todos los personajes tienen más de una pareja. La que no, Anne Pingeot, vive desde joven una pasión que abraza y abrasa con un hombre que al quitarse el traje de líder mundial escribe poemas, a veces cursis, en papelitos azules.
– ¿Es posible ser infiel, sin dejar de ser leal?
– Yo creo que sí. Víctor Hugo y Mitterrand le guardaron respeto y una gran lealtad a sus dos mujeres. Hugo, a Adele y a Juliette, y Francois, a Danielle y Anne. A nivel pareja, de ideas, de planes de vida, de compartir lo esencial de sus proyectos siempre las tuvieron presentes.