Incapaz de batir a Giorgi Mamardashvili durante un buen tramo del partido, y con un hombre más durante casi toda la segunda parte por la expulsión de Gabriel Paulista, el Getafe ganó 1-0 gracias a un tanto de Borja Mayoral que impulsó a su equipo hacia la zona noble de la clasificación.
Otra vez Mayoral, el mejor goleador español del curso, apareció para sujetar al Getafe, que sufrió para terminar con la resistencia de un equipo que se encomendó a su portero para sobrevivir al exceso de revoluciones de Gabriel Paulista. Mayoral sumó su noveno tanto del curso y amargó al conjunto ché, que resistió bien después de un duelo espeso hasta la última media hora.
Y es que mucho se esperaba de un partido entre dos equipos abonados a caminar por la mitad de la clasificación y con la perspectiva de dar un salto de calidad para acercarse a la zona más noble de LaLiga EA Sports. Las tertulias previas al duelo se centraron en el reencuentro de José Bordalás con el Valencia y en la cortesía que pidió a su público el técnico azulón para que respetara a Hugo Duro en su tercer encuentro en el Coliseum tras firmar por el Valencia.
Pero no se habló en exceso de futbol, que fue de lo que adoleció el encuentro en muchas de sus fases. Sobre todo en los primeros 45 minutos, en los que el primer disparo a portería llegó en el tiempo añadido con un intento inocentón de Borja Mayoral que detuvo sin problemas Giorgi Mamardashvili.
Antes, no hubo nada. Mucho centrocampismo, poca profundidad y escaso atrevimiento. Un exceso de tacticismo en ambos bandos que condenó al público del estadio del Getafe, aburrido hasta la médula y sólo entretenido con las celebraciones de sus efemerides: el Getafe cumplía su partido 700 y David Soria el 200.
Sin embargo, es cierto que el Getafe tuvo algo más de presencia. Controló más la pelota. Aunque sin ocasiones, por lo menos intentó generar futbol. Bordalás tuvo que regenerar su defensa ante la ausencia por sanción de Damián, Alderete y Diego Rico. Apostó por Juan Iglesias Duarte y Jordi Martín, un canterano que debutó en Primera División.
Bordalás chocó contra el mismo equipo que estuvo a punto de derrotar al Girona la pasada jornada. Y también se encontró con algunos de los jóvenes jugadores que debutaron bajo su paraguas en su etapa valencianista: Javi Guerra, Mosquera, Jesús Vázquez, Mamardashvili o el mismo Hugo Duro, todos clave en la nueva hornada de futbolistas que sostienen con dignidad al conjunto ché.
Los 11 de Rubén Baraja mostraron un orden impenetrable por el Getafe, que, sin saberlo, abriría la primera brecha en la muralla con la cartulina amarilla que vio Gabriel Paulista por protestar al filo del descanso. El central del Valencia, desquiciado por una posible tarjeta que no vio Juanmi Latasa, se marchó apercibido al vestuario.
Esa jugada fue clave, porque en los primeros compases de la segunda parte, un manotazo claro de Paulista sobre el omnipresente Latasa, le costó la segunda cartulina amarilla y la expulsión. Y su acción pudo sentenciar al Valencia, que, con un hombre menos, se resquebrajó durante un cuarto de hora y se encomendó a Mamardashvili para resistir.
El portero georgiano inició su serie de paradas con una buena mano a Duarte en un remate desde dentro del área; continuó con un despeje a un disparo de Milla desde fuera del área y cerró la serie tapando un mano a mano del debutante Jordi Martín.
Ese primer arreón del Getafe dio paso a un periodo de tranquilidad en el que Greenwood lo intentó sin éxito en multitud de ocasiones bien tapado por Yarek, muy acertado y un sustituto más que fiable del lesionado Gayá. El joven internacional español sub-19 tiene mimbres para convertirse en un gran lateral izquierdo. Casi siempre pudo con el británico, sin duda el jugador más desequilibrante del Getafe.
Y así se llegó al último cuarto de hora, en el que Bordalás sacó a toda su artillería: Óscar, Jaime Mata, y Aleñá aparecieron por el verde del Coliseum y se inició el último intento del Getafe de llevarse la victoria. Se esperaba un asedio, pero el Valencia aguantó bien hasta casi el final.
Entonces apareció Mayoral. Fue el único capaz de superar a Mamardashvili. Se convirtió en el héroe de un partido que acabó con más expulsados por hablar demasiado: se fueron Javi Guerra y Duarte. El árbitro condenó su verborrea. Pero eso al Getafe le dio igual. Ya es octavo y sueña con mirar hacia la zona más noble con un nombre ambicioso: Europa.