Por *Mtra. Ruth Holtz
El que finalice un año e inicie otro, puede ser un motivo para desear cambiar, dar un salto, un viraje o por fin realizar esos propósitos que cada año repetimos. La verdad que eso es como comenzar cada año. Recuerdo a uno de mis maestros preguntarnos, para explicar la palabra “principio” y diferenciarla de “comienzo”: – “¿Te casarías con un hombre de principios o de comienzos?”. Sin duda que no es lo mismo. Alguien que siempre anda comenzando, no es alguien que sea firme ni que haya logrado algo duradero en su vida. Alguien con principios tiene la solidez de quien tiene integridad, una base moral firme, es decir, principios éticos que rigen su vida.
Para quien es una persona de principios, de un año a otro es una continuidad de un proyecto de vida que lleva desde mucho tiempo desarrollándose, gestándose, y teniendo una manera de ser duradera y que tiene el soporte adecuado que da confianza y credibilidad.
Si cada año te has propuesto metas y, medio las cumples, como bajar de peso y luego las pierdes y vuelves a proponerte lo mismo para el siguiente año, entonces necesitas invertir en volverte una persona con principios, que te dé una duradera estabilidad y un carácter firme, confiable y tenaz.
Invertir en uno mismo es un trabajo que requiere esfuerzo, tiempo, dinero, disponibilidad a ver la verdad, a sacar el dolor, a luchar por cambiar hábitos e instalar otros basados en una ética que lleve al bienestar en todos los sentidos. Por eso la psicoterapia que yo ofrezco no se parece a ninguna otra.
En nuestra psicoterapia inspeccionamos nuestro inconsciente, las formas más profundas en que nuestro ser manifiesta su manera de ser, su dolor y sus verdaderos y más hondos deseos, inaceptables, tal vez para su consciente.
Examinamos nuestro cuerpo para encontrar las huellas del estrés emocional, del dolor negado o inaceptado para que se exprese y se libere de somatizarlo.
Exploramos nuestras creencias, para comprender su fuente, la razón por las que las aceptamos, y si tienen o no fundamento en esos principios éticos, y no en prejuicios por malas experiencias o en pactos amorosos con nuestros seres queridos. Vamos heredando creencias falsas basadas en el miedo, en las conclusiones apresuradas sacadas en momentos de violencia o de fracaso. Todo esto hay que limpiarlo y decidir conscientemente y con apertura a la verdad. Y así escoger qué queremos creer. Lo que abriguemos como nuestras creencias son nuestras guías para caminar, para elegir, para valorar lo que encontramos en nuestro camino, para abrirnos o cerrarnos. Es vital para construir nuestra vida, son sus fundamentos.
Conocemos nuestras emociones y las recuperamos de la prisión en las que las amarramos. Dejamos de temerles. Las escuchamos como mensajes internos que son y nos hacemos responsables de su impacto en los demás. Sabiendo que son el vehículo que potencia la realización de nuestros deseos, las enfocamos y disfrutamos de su armónica expresión al compartirlas. Así posibilitamos algo muy importante: abrir el corazón.
Recobrar tu corazón es otra de las labores de la psicoterapia que puede permitirte amar de verdad y decir adiós al vacío, que muchas personas sienten simplemente porque no han amado, y pretenden llenarse con cosas o con relaciones de pseudo-amor.
Los propósitos podemos refrendarlos cada año, pero la vida debe tener un propósito único, ser una vida basada en principios que aspire a su plenitud en todo acto y en todo tiempo. No hay tiempos especiales para cambiar.
La psicoterapia es la puerta maestra para el cambio. Es tu oportunidad para cambiar y ser una persona íntegra, en crecimiento, en constante mejora. Puedes comenzar en este año y lograrlo.
* Tels. 312 330 72 54 / 312 154 19 40
Correo: biopsico@yahoo.com.mx
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