La ministra francesa de Educación, Amélie Oudéa-Castéra, trató este martes de salvar su puesto al pedir excusas por sus explicaciones sobre por qué sacó a su hijo de una escuela pública para llevarlo a otra privada. y entre las peticiones de dimisión de la oposición de izquierdas y de sindicatos de docentes.
Oudéa-Castéra acudió al colegio público Littré del acomodado distrito VI de París, en el que estuvo escolarizado su hijo, en medio de los abucheos de varias decenas de personas que la esperaban y, después de reunirse con los profesores, hizo unas breves declaraciones a la prensa en las que no quiso entrar en el fondo de la polémica que ha desencadenado.
“He podido repetir esas excusas que les debía”, señaló la ministra, que dijo haber mantenido “una conversación útil, constructiva” sobre el futuro del centro y algunas de las demandas.
Reconoció que no debería haberse referido de forma precisa a los docentes de ese centro cuando el pasado viernes explicó que había sacado a su hijo del centro porque había allí muchas horas en las que faltaba el profesor sin ser sustituido.
Unas alegaciones que fueron replicadas por la que fue la profesora en Littré del hijo de la ministra, que negó que hubiera faltado mucho.
Pero sobre todo, la maestra puntualizó que la razón real por la que Oudéa-Castéra se llevó a su hijo al colegio Stanislas, un centro privado católico, era porque quería que pasara a un nivel superior, y en Littré se opusieron.
La polémica se ha ido inflando en los últimos días, con la reacción entre otros de los sindicatos de enseñantes, que consideran que la nueva ministra -asumió la cartera de Educación en la remodelación de la semana pasada- les estaba reprochando indirectamente un alto nivel de absentismo.
La izquierda, que exige su salida del Ejecutivo, ha puesto sobre el tapete la cuestión de la necesidad de una mayor disponibilidad de medios humanos y materiales en los centros públicos que en los privados, y cómo éstos se convierten muchas veces en un concentrado de alumnos con padres con alto poder adquisitivo y/o de alto nivel de estudios.
En respuesta precisamente al diputado de La Francia Insumisa Rodrigo Arenas, de origen chileno, que le recriminó su actitud y la rebautizó con ironía “ministra de la Educación Privada”, Oudéa-Castéra, se presentó como víctima por haber tratado de ser “honesta” y haberse dejado arrastrar a una polémica sobre su esfera privada.
Contó que todo empezó cuando la prensa le preguntó sobre la escolarización de sus hijos y ella quiso “responder sin esquivar el ataque”, y también que el recuerdo que tenía es que cambió a su hijo a una escuela privada porque su familia “chocó con problemas de organización”.
Volvió a admitir que no tendría que haber envuelto a la escuela Littré en la polémica y dijo que por eso había ido esta mañana para excusarse.
Más allá de esa defensa, la ministra dio a entender que la izquierda intentaba alentar una confrontación entre la escuela privada y la pública, pero afirmó que esa “guerra no existirá”, que su ambición es “apoyar a toda la comunidad educativa para volver a poner el ascensor social en marcha” y que “la escuela es la madre de todas las batallas”.
