El Tribunal Supremo de Estados Unidos dio este miércoles luz verde a la primera ejecución con gas nitrógeno en el país, que está programada para el jueves en Alabama, en medio de críticas internacionales.
Kenneth Eugene Smith, de 58 años y condenado a muerte por un asesinato a sueldo en 1988, emprendió una batalla legal para impedir su ejecución con este método nunca antes probado, pues alega que está siendo tratado como un conejillo de indias.
El alto tribunal, sin embargo, rechazó admitir la impugnación de Smith, quien debe ser ejecutado el jueves después de las 18:00 hora local (00:00 del viernes GMT).
A medida que la fecha se acerca han ido aumentando las voces a nivel internacional que reclaman a las autoridades estadounidenses que intervengan antes de que sea demasiado tarde.
La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, dijo estar “seriamente preocupada” por el nuevo método y pidió al estado de Alabama “que detenga la ejecución” y que “se abstenga de llevar a cabo otras ejecuciones de este tipo”.
Amnistía Internacional, por su parte, advirtió de que “este nuevo método no probado podría ser extremadamente doloroso” para el preso, “violando así los tratados internacionales de derechos humanos que Estados Unidos ha ratificado”.
El estado de Alabama, que lleva años trabajando en un protocolo para matar con esta nueva técnica de asfixia por nitrógeno, ha defendido ante los tribunales que se trata “del método de ejecución más indoloro y humano conocido por el hombre”.
A los reos se les pondrá una mascarilla que sustituirá el oxígeno por el gas nitrógeno, en teoría causando la muerte en pocos minutos.
Pero ese argumento no convence a la defensa de Smith, que después de que la semana pasada un juez federal diese luz verde a la ejecución presentó recursos ante el Tribunal de Apelaciones del Undécimo Circuito y ante el Supremo alegando que su cliente es un conejillo de indias.
A diferencia del Supremo, la Corte de Apelaciones todavía no se ha pronunciado.
En casos de ejecuciones es habitual que los magistrados no fallen en un sentido u otro hasta el último minuto o incluso después de la hora prevista de ejecución.
Alabama es el primer estado que desarrolla una alternativa a las inyecciones letales -el método mayoritario en las últimas décadas- ante la dificultad que les ha supuesto en los últimos años adquirir los fármacos por la negativa de las farmacéuticas a que sean usados con este propósito.
Además, las complicaciones surgidas en varias ejecuciones -algunas en Alabama- han hecho que se cuestione el método por inhumano y que haya sido objeto de disputas legales durante años.
Smith está en el corredor de la muerte por haber asesinado en 1988 a una mujer, Elizabeth Sennett, por encargo de su marido, Charles Sennett, que pretendía cobrar una indemnización. Smith y un cómplice, John Forrest Parker, recibieron mil dólares cada uno.
Sennett se suicidó una semana después del asesinato, cuando se dio cuenta de que las autoridades le consideraban sospechoso, mientras que Parker también fue condenado a muerte y fue ejecutado en 2010 con una inyección letal.
Alabama intentó ejecutar a Smith en noviembre de 2022, pero el verdugo fue incapaz de introducirle las vías intravenosas. Como parte de un acuerdo posterior, Alabama se comprometió a no volver a intentar matar a Smith con inyección letal.
Su defensa sostiene que se ha vulnerado su derecho a no sufrir un castigo cruel, consagrado en la Octava Enmienda de la Constitución.