Ucrania admitió la posibilidad de que el avión ruso de transporte militar Il-76 derribado el miércoles transportara prisioneros de guerra ucranianos, pero sigue sin aceptar toda la responsabilidad por el siniestro que Moscú ha aprovechado para acusar a Kiev de terrorismo en territorio ruso.
Mientras, Rusia comenzó el viernes a descifrar las cajas negras del aparato que se estrelló en la región fronteriza de Bélgorod tras ser supuestamente abatido por un misil de fabricación occidental disparado desde la región ucraniana de Járkov.
Ucrania no despeja las dudas
Ambos bandos trasladaron su enfrentamiento al Consejo de Seguridad de la ONU, que acogió una sesión urgente dedicada a abordar el siniestro a petición de Rusia.
La representante adjunta de Ucrania ante la ONU, Khrystyna Hayovyshyn, no descartó que el Il-76 trasladara no armamento, como Kiev mantuvo en un primer momento, sino prisioneros ucranianos para su canje, aunque insistió en que, en cualquier caso, “la responsabilidad última recae sobre Rusia” por haber iniciado la guerra.
“Si la información de que había prisioneros de guerra ucranianos se confirma -dijo la diplomática-, estaremos ante otra grave violación del derecho internacional humanitario por parte de Rusia, en el primer caso en que Rusia utiliza escudos humanos en el aire para cubrir el transporte de misiles”, afirmó.
La diplomática ucraniana acusó a Rusia de no informar a Kiev sobre la ruta, el medio de transporte de los prisioneros o la necesidad de garantizar la seguridad en el espacio aéreo en las cercanías de Bélgorod, extremo este último que el Kremlin niega.
Por lo que adelantó que su país ha registrado una demanda criminal contra Rusia por haber violado el artículo 130 de la Convención de Ginebra “al haber omitido su deber de garantizar la seguridad de los prisioneros” y haberlos transportado “en un medio de transporte que es un blanco legítimo (de guerra) por su uso militar”.
A su vez, insistió en la información de sus servicios de inteligencia militar de que solo 5 cadáveres ingresaron en la morgue de la ciudad de Belgorod y que las autoridades rusas no permitieron a especialistas ucranianos visitar el lugar del siniestro.
El Kremlin demanda una condena
Mientras, el Kremlin reprochó a los países occidentales no haber condenado el derribo.
“Hasta ahora no hay ninguna condena categórica de este horrible atentado terrorista por parte de los países de Occidente. No hemos escuchado ni una palabra de condena”, declaró el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
Según el representante del Kremlin, “este suceso requiere de una valoración adecuada de la comunidad internacional”, ya que, alegó, “no es la primera vez que Kiev mata a su propia gente”.
El embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, aseguró en el Consejo de Seguridad que el derribo del avión fue “un atentado muy primitivo y cobarde de los representantes de Kiev que no asumen sus responsabilidades”, aunque no descartó que se tratase de “una falta de coordinación dentro de las Fuerzas Armadas Ucranianas, una iniciativa (individual) o un crimen que va más allá de toda moral”.
El representante de Estados Unidos, Robert Wood, no entró a rebatir la tesis rusa y recordó que “el Kremlin asume la responsabilidad última por empezar y continuar esta guerra”.
A su vez, la secretaria general adjunta para Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo, reconoció que la ONU “no está en posición de verificar los informes ni circunstancias” del siniestro.
A la espera de las cajas negras
Las cajas negras, que se encuentran en buen estado, ya están en manos de los especialistas rusos para su descifrado, según informaron el viernes fuentes de los servicios de emergencia a la agencia oficial RIA Nóvosti.
“Los importante son los últimos 3 minutos del vuelo”, señaló la fuente.
La grabación del diálogo de los pilotos con los controladores en tierra permitirá entender si el aparato sufrió un accidente o fue atacado desde el exterior, según Moscú.
“Ahora lo importante es entender con qué misil fue derribado el avión, un Patriot o un Iris-T”, añadió.
Por de pronto, el Comité de Instrucción de Rusia inició una causa penal “en base a lo previsto en el artículo 205 del código penal ruso (terrorismo)” y abrió pesquisas para “identificar responsables entre las Fuerzas Armadas de Ucrania”.
“Los resultados preliminares de la investigación, incluyendo los primeros resultados de la revisión del lugar de los hechos, permiten llegar a la conclusión de que la aeronave se sometió al ataque de un misil antiaéreo desde territorio de Ucrania”, añadió el Comité.