El Tottenham sobrevivió frente a un equipo aguerrido y ambicioso como el Brentford, que firmó una primera parte casi perfecta en la que desquició al conjunto londinense, capaz de remontar un 0-1 en contra para ganar 3-2 y alcanzar la cuarta posición de la Premier League.
El equipo de Ange Postecoglou fue a la batalla, al encontronazo y a molestar con Neal Maupay a la cabeza. El jugador francés desquició a sus rivales en cada jugada, sobre todo a Dejan Kulusevski, con quien mantuvo un duelo constante durante casi todo el partido. Comentarios fuera de tono, empujoncitos, caídas exageradas… Maypay fue un incordio constante.
Y encima, él mismo se encargó de abrir el marcador. Y hasta en la celebración molestó a sus rivales. Ni siquiera en los momentos de felicidad dio una tregua a los jugadores del Tottenham, que al cuarto de hora se veían por detrás del marcador tras el tanto de Maupay, que no desperdició un rechace de Guglielmo Vicario a disparo de Ivan Toney para abrir el marcador.
El Tottenham estaba absolutamente grogui. Apenas gozó de un par de ocasiones claras en el primer acto en los botines de Timo Wermer, que obligó a Mark Flekken a sacar una mano prodigiosa, y de Richarlison, que lo intentó desde fuera del área con un disparo ajustadísimo que se marchó fuera por muy poco.
El Brentford, mientras, continuó a lo suyo, a contragolpear con mucho veneno bajo el mando de Mathias Jensen, que durante 45 minutos sentó cátedra en el estadio del Tottenham. El Celta se perdió a un jugadorazo cuando dejó escapar al danés, un fenomenal metrónomo para cualquier equipo.
Bajo la batuta de Jensen, el Brentford pudo aumentar la diferencia con un taconazo de Ethan Pinnock y con un cabezazo de Ivan Toney, que al borde del descanso se encontró con un remate en el punto de penalti al que le imprimió poca fuerza. Vicario adivinó sus intenciones y el Tottenham se libró del 0-2.
El descanso trajo mejores noticias para el conjunto londinense, que con la aparición de Pierre-Emile Hojbjerg y de Brennan Johnson pegó un salto de calidad importante. Salieron del campo Rodrigo Bentancur y Oliver Johnson y llegó una fluidez con la que en apenas 4 minutos el Tottenham dio la vuelta al marcador.
Primero acertó Iyenoma Udogie en el minuto 48: finalizó una carrera enorme casi de área a área con la intervención de Werner a mitad de jugada; después, en el 49’, Johnson, a placer, remató un buen centro del mismo Werner desde la banda izquierda; y, ya en el 56’, Richarlison vio portería para colocar un 3-1 que parecía ya definitivo.
Sin embargo, Udogie cometió un fallo garrafal, de los más gordos del curso, y metió al Brentford en el partido. No vio que Toney, tras recibir un golpe, se quedó junto a Vicario mientras la jugada seguía su curso. Udogie cedió el balón a su portero y por allí apareció Toney, que se encontró con un regalo precioso. No lo desaprovechó y en un mano a mano batió a Vicario.
El Brentford parecía tocado y hundido, pero gracias a la pifia de Udogie volvió a entrar en el partido. Tenía más de 20 minutos por delante para buscar el empate y se fue decidido a por la portería de Vicario. El duelo se rompió por completo y el Tottenham reculó. Fue una decisión peligrosa, pero aguantó el último arreón de su rival, que después de firmar una gran primera parte se quedó sin premio por un mal cuarto de hora en la segunda. El equipo de Postecoglou respiró y ya es cuarto en la clasificación.
