El Real Madrid recuperó, 4 años después, el trono al conquistar en Málaga su vigésima novena Copa del Rey en un clásico vibrante que no se decidió hasta el último cuarto y en el que su mayor juego coral y la exhibición del pívot francés Vincent Poirier fueron determinantes para tumbar la resistencia del Barça y desequilibrar la balanza a su favor (96-85).
Con un solo trofeo en las últimas 6 ediciones, el Real Madrid llegaba a la cita como el gran favorito en casi todos los pronósticos por su gran temporada. Su triunfo impide además que el Barça le alcance en el palmarés, ya que hasta hoy solo separaba un título a los grandes dominadores de la competencia.
La primera Copa con Chus Mateo en el banquillo tuvo muchos protagonistas. Poirier fue uno de ellos, con 17 puntos, 8 rebotes y 32 de valoración, aunque también destacaron los argentinos Facundo Campazzo (18 puntos, 6 asistencias y nombrado MVP) y Gabriel Deck (13 puntos), Guerschon Yabusele (15 puntos y 9 rebotes) o Dzanan Musa, con otros quince tantos.
Tras el atracón anotador que se dieron en la víspera, ambos finalistas empezaron algo más imprecisos en ataque, aunque poco a poco la defensa blanca empezó a imponer su ley con Walter Tavares como estandarte y Campazzo recuperando balones. En 4 minutos, los azulgranas solo sumaban una canasta de Jabari Parker y ya perdían por 7 puntos.
Poco a poco, la batalla se fue equilibrando y ni unos ni otros lograban imponer su juego. Los de Chus Mateo se sostenían por el acierto de Musa y Campazzo y enfrente, primero Tomas Satoransky y a continuación Nico Laprovittola con 2 triples igualaron la batalla al término de los primeros 10 minutos (19-19).
Pese al arreón inicial de Rokas Jokubaitis, el quinto clásico del curso siguió sin dueño en el inicio del segundo cuarto, lo que aportaba la emoción de la que había carecido el torneo en las 2 semifinales del sábado. Los empates se sucedían uno tras otro a la espera de algún factor que desequilibrase la batalla final por la Copa.
Mario Hezonja, con la mitad de los 24 puntos de su equipo en el segundo acto, y Poirier, con 7, mantenían a los suyos, mientras que en los azulgranas 8 jugadores se repartían el protagonismo anotador y un triple sobre la bocina de Nikola Kalinic les permitió irse 2 arriba a los vestuarios (43-45, min 20).
El guion no varió tras el descanso para alegría de los espectadores. Jan Vesely empezó a lucir muñeca, con 8 puntos en 5 minutos, los mismos que un Gabriel Deck que tiró de su habitual garra para prolongar la incertidumbre con acciones de mucho mérito.
Ambos jugadores monopolizaron sus respectivos ataques durante varios minutos, con permiso de un Jabari Parker que, en su primera Copa del Rey, volvía a aportar calidad en todas sus acciones y la final se encaminó a los 10 minutos definitivos con todo por resolver (66-63, min 30).
El Real Madrid comenzó mejor el cuarto decisivo. A base de triples, con 2 de Yabusele y un tercero de Deck, logró en 2 minutos y medio la primera escapada seria de la tarde, un 77-68 que obligó a Roger Grimau a llamar a los suyos a capítulo para evitar males mayores porque quedaba mucho partido por delante.
La mejor noticia para los de Chus Mateo era que sus hombres parecían llegar mejor al momento decisivo. Además, su juego coral le estaba dando resultados.
Pero el Barça no estaba dispuesto a rendirse y solo perdía por 4 puntos a 3 minutos y medio del silbatazo final. En ese momento, un nuevo arreón blanco (86-77, min 37) puso contra las cuerdas al equipo catalán, que ya no pudo recuperarse y acabó hincando la rodilla ante el final arrollador del nuevo campeón.