En vísperas del Abierto Mexicano de Tenis, el mayor torneo de este deporte del país, habitantes y comerciantes de Acapulco se muestran esperanzados, pero temen que el puerto aún no esté listo para albergar un evento de tal magnitud ante el desastre que permanece tras el huracán Otis.
Este es el primer evento de gran escala que tendrá Acapulco tras Otis, que el 25 de octubre pasado rompió el récord de intensificación para un ciclón en México, donde dejó más de 50 muertos y se convirtió en el segundo evento más costoso para las aseguradoras del país.
La Arena GNP recibirá del 26 de febrero al 2 de marzo a 22 de los 50 mejores tenistas del Mundo, como el alemán Alexander Zverev (6), el danés Holger Rune (7), el estadounidense Taylor Frtiz (10) y el griego Stefano Tsitsipas (11), con una imagen renovada, pero con un estadio en el que faltan algunos detalles estéticos alrededor.
El presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes en Guerrero, Levy Williams, dijo a EFE que haber vendido las entradas desde meses antes del devastador huracán ayudó a que los compradores aún quieran acudir al puerto y vacacionar por más de una semana, por lo que las cancelaciones han sido mínimas.
“El reto es el de todos los acapulqueños de presentar una buena imagen de Acapulco. Cuando nos preguntan cómo está Acapulco no podemos mentir, hay detalles visuales que no se pueden negar, definitivamente, los edificios muestran los daños sufridos y se encuentran en proceso de reparación”, expuso.
La oferta hotelera ha aumentado en las últimas semanas, pues hasta el momento el sector hotelero señaló que se tiene un aproximado de 6,535 habitaciones disponibles, poco más del 25% del total de 20 mil que suele haber en el destino.
Aunque es un avance después de que el 95% de todos los hoteles quedaron dañados, la cifra aún es escasa, por lo que han aumentado los precios.
Entre la reconstrucción y la desesperación
El empresario hotelero David Zúñiga de Acha afirmó que con estos eventos el sector hotelero está renaciendo, pero reconoció que falta mucho por hacer.
Comentó que la falta de restaurantes, bares y discotecas complican ofrecer un mayor disfrute a los visitantes.
“Tengo esperanza de que lo hacen con la intención de hacerle promoción (mantener el torneo), pero también me da miedo porque la gente se va a dar cuenta de cómo está Acapulco”, comentó.
Zúñiga de Acha recordó que su hotel está en la zona Dorada, a unos 20 minutos del complejo deportivo, pero no albergará personas que vienen a disfrutar del tenis.
Aun así, reconoce que todos se ven beneficiados por los recursos económicos que llegan a la ciudad, donde casi 9 de cada 10 habitantes perciben al menos una parte de su ingreso del turismo, según el Gobierno municipal.
“Sí nos convienen eventos como este porque a mi hotel, como es pequeño, llegan los trabajadores, llegan los que vienen a hacer promoción, los que vienen a construir, a montar, a desmontar y esa parte nos conviene mucho, los vigilantes, nos están cayendo muchos vigilantes, sí hay trabajo gracias a Dios”, aseguró.
Para el empresario, la zona Diamante, en la que está la Arena GNP del torneo, es un cementerio de edificios, pero él cree que ese no será el principal problema, sino la mala imagen.
“Faltan los semáforos en la calle, va a venir un turista (y verá) que ni siquiera hay semáforos, hay basura por donde sea, esos temas que todavía no entiendo que te puedan salir (que se escapen) fácilmente, hay que invertir en la imagen”, puntualizó.