Organizaciones y familiares protestaron frente a la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México para pedir la repatriación de Manuel Guerrero, un mexicano homosexual que fue detenido el pasado 4 de febrero en la capital de Catar, Doha, debido a su orientación sexual.
La embajada de México en Catar aseguró en un breve comunicado que, por su doble nacionalidad (británica y mexicana), no puede intervenir en el caso “debido a que el interesado tiene registrada su residencia en Qatar como nacional del Reino Unido y el consulado de ese país en Doha ha sido la entidad responsable y reconocida por autoridades cataríes para hacer gestiones consulares en su favor”.
Asimismo, la embajada aseguró que está en contacto con la familia y que darán seguimiento al caso, pero los manifestantes aseguraron que eso no es suficiente, pues Guerrero nació en México y el Estado mexicano debe actuar para que se respeten sus derechos.
“Estamos aquí para exigir la libertad inmediata de Manuel Guerrero, un ciudadano mexicano que fue detenido por su orientación sexual y que debe ser repatriado. El Gobierno mexicano no puede so pretexto de que hay una soberanía de otro país permitir que esto se haga”, dijo a medios durante la protesta Enrique Guerrero, el hermano del detenido.
Este mismo martes, el Comité Manuel Guerrero, conformado por activistas y agrupaciones de la diversidad sexual para dar seguimiento puntual a este caso, denunció la situación de Guerrero, que fue detenido en Doha tras acudir a una cita acordada a través de una aplicación y allí lo recibiese la policía catarí.
El colectivo relató que la propia policía de Catar creó un perfil falso en Grindr, una aplicación de citas, desde donde contactaron a Manuel y concertaron un encuentro con él, haciéndose pasar por un hombre homosexual, pero cuando llegó al lugar de la cita solo había policías que lo detuvieron.
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Además, afirmó la organización, le sembraron un cuarto de gramo de metanfetamina, lo encarcelaron y lo sometieron a actos de tortura psicológica.
Por otra parte, le han impedido tomar los antirretrovirales que necesita por vivir con VIH.
“Se agrava la situación porque Manuel vive con VIH y el Estado de Catar no le brinda sus antirretrovirales, es decir, lo están torturando y condenándolo a muerte y el Estado mexicano lo que dice es ‘estamos en contacto con la familia’. Que me manden a mí whatsapps ¿de qué me sirve? ¿Eso es todo lo que puede hacer el Estado mexicano?”, sentenció Enrique Guerrero.
Por su parte, el activista Alaín Pinzón se dirigió a la canciller mexicana, Alicia Bárcena, para exigirle una solución para que Manuel Guerrero regrese a casa y sobre todo para que le brinden sus medicamentos.
“Le recuerdo a Bárcena que son representantes del Estado. Si hay una persona que vive con VIH lo menos que pueden hacer es integrarse a una mesa de colaboración internacional para que pueda llegar a México y tener acceso a sus medicamentos. Las personas que vivimos con VIH no podemos estar sin tratamiento”, sentenció Pinzón.