China fijó hoy en “alrededor de un 5%” el objetivo de crecimiento para su producto interno bruto (PIB) en el presente ejercicio, reveló el primer ministro del país, Li Qiang, durante la inauguración de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo).
Si bien las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) pasan ahora por un crecimiento del 4.6% y del 4.5% en 2024, respectivamente, la mayoría de analistas coincidía en que las autoridades fijarían en un 5% la meta oficial para este año.
En 2023, China ya estableció su objetivo de crecimiento “en torno a un 5%”, con los datos oficiales apuntando finalmente a un aumento del PIB del 5,2% en el global del ejercicio, aunque en esta ocasión repetir cifras como estas representará un reto mayor debido a que el año pasado la base comparativa era más favorable, ya que la segunda economía mundial creció únicamente un 3% en 2022 debido a la política de “cero covid”.
Durante su discurso sobre el trabajo gubernamental, Li también fijó en un 3% la meta de déficit para 2024, en un 5.5% la tasa oficial de desempleo en zonas urbanas y “en torno al 3%” su límite para el índice de precios al consumidor (IPC, principal indicador de la inflación).
Otros objetivos oficiales para este año serán la adición de 12 millones de nuevos puestos de trabajo en zonas urbanas, un “equilibrio básico” en la balanza de pagos, una producción de grano superior a 650 millones de toneladas o una caída del 2.5% en el consumo de energía por unidad de PIB.
El representante gubernamental avanzó también la emisión de 541,907 millones de dólares en bonos especiales para gobiernos locales o la creación, a partir de este año, de bonos del tesoro de duración “ultralarga” para apoyar estrategias nacionales, de los que este año se emitirán 138,947 millones de dólares.
Además, se designarán unos 97,263 millones de dólares del presupuesto del Gobierno central para inversiones.
“Conseguir los objetivos no será fácil”
“Conseguir los objetivos de este año no será fácil, así que debemos mantener el enfoque de nuestras políticas, trabajar más duro y movilizar los esfuerzos coordinados de todas las partes”, indicó Li antes de hacer hincapié en la necesidad de mantener la “estabilidad”.
Concretamente sobre el objetivo de aumento del PIB, el primer ministro aseguró que las autoridades “han tenido en cuenta la necesidad de impulsar el empleo y los ingresos, y de prevenir y desactivar riesgos”, y que también refleja “el potencial de crecimiento” de la segunda economía mundial.
El político aseguró que, en 2023, China se enfrentó a “un conjunto de dificultades y desafíos entretejidos” ante una recuperación económica global “aletargada”, el recrudecimiento de conflictos geopolíticos o el aumento del proteccionismo y el unilateralismo.
A nivel nacional, tras los 3 años del “cero covid”, quedaban “muchas dificultades (…) por resolver” a nivel económico, apuntó Li, quien reconoció que algunos problemas que venían de atrás “se volvieron más acusados” al tiempo que surgían otros nuevos.
Li señaló específicamente a la caída de la demanda exterior en un marco de falta de demanda nacional, a la crisis que afecta al sector inmobiliario desde hace más de 2 años, a los problemas de deuda de los gobiernos locales y regionales o al impacto de desastres naturales.
Acerca de la demanda nacional, el primer ministro anunció un programa de estímulo del consumo con una duración de un año y una “iniciativa sobre ‘consumo sin preocupaciones’“, con énfasis en áreas alternativas como domótica, entretenimiento, turismo, eventos deportivos o marcas nacionales con elementos de diseño chino.
Sobre la inversión extranjera -que según algunos indicadores podría haber aumentado a su menor ritmo en 30 años en 2023-, Li aseguró que trabajarán para atraer una mayor cantidad con medidas como la retirada total de los límites para la entrada de capital foráneo en el sector manufacturero o parcial en el caso de las telecomunicaciones o la sanidad.
Asimismo, el informe gubernamental asegura que se “garantizará un tratamiento nacional” para las empresas de capital extranjero y que estas podrán participar en licitaciones públicas “en igualdad” con las firmas chinas.