El Gobierno colombiano implementará en el departamento de Nariño, en el suroeste de Colombia, la primera “región de paz”, con la que se busca articular acciones de transformación integral que permitan dejar atrás el conflicto.
Así lo anunció la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP), después de celebrar el sábado un diálogo regional, impulsado por el gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, donde participaron cientos de personas que “buscan ser tenidas en cuenta tras años de abandono estatal”.
Para ello, el Gobierno y el departamento anunciaron una inversión inicial de 237 mil millones de pesos para desarrollar inicialmente 3 municipios iniciativas para la seguridad, proyectos productivos y conectividad.
Esto incluye, fortalecer la presencia institucional, coordinar estrategias con la guardia indígena, atención humanitaria o proyectos concretos como instalar circuitos cerrados de televisión en cascos urbanos o mejorar el alumbrado. También proyectos de agua, educación con construcción de colegios y de salud instalando más puestos de atención.
Polémica con el ELN
Sin embargo, estos diálogos fueron objeto de polémica en las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) e incluso la guerrilla anunció un congelamiento de las negociaciones en febrero.
Esto porque, según el ELN, el Gobierno estaba cometiendo “acciones violatorias a lo pactado en la Mesa de Conversaciones”, en concreto, porque estos diálogos en Nariño eran un “montaje” donde decían que querían hablar con una estructura del ELN que ellos consideran que está infiltrada por las Fuerzas Militares todo con el fin de mostrar que la guerrilla no está unida.
Este mismo sábado, el jefe del ELN, Antonio García, a través de sus canales de comunicación se refirió a los diálogos, explicando que estos diálogos con “una supuesta estructura del ELN”, “Comuneros del Sur”, en Nariño empezaron a finales de 2022, cuando conocieron de esta supuesta infiltración.
La delegación del Gobierno en los diálogos respondió al jefe de la guerrilla exigiendo “respeto” hacia el presidente colombiano, Gustavo Petro, y al comisionado consejero de paz, Otty Patiño, y al resto de representantes del Gobierno.
Patiño estuvo en los diálogos de Nariño, que considera importantes para llevar la paz a los territorios y celebró el “nacimiento de un nuevo departamento con cultivos lícitos, con explotaciones mineras cuya titularidad esté en manos de quienes la están trabajando, con vías de comunicación, donde se pueda discurrir sin miedo y que la producción pueda ser comercializada dignamente”.