El Tribunal Superior de Justicia Deportiva de Brasil impuso una sanción de 8 partidos a puerta cerrada para el Sport por el violento ataque de aficionados radicales al autobús de Fortaleza, que dejó 6 futbolistas heridos.
La Segunda Comisión Disciplinaria de la corte castigó por unanimidad al club de Recife, que además tendrá que pagar una multa de 16 mil dólares y perderá el dinero que recaude cuando juegue fuera de casa durante ese periodo.
El fallo, para el que cabe recurso, respondió a una demanda de la Fiscalía, que denunció los graves incidentes registrados en la madrugada del 22 de febrero tras el partido de la Copa del Nordeste disputado entre Sport y Fortaleza, en el Arena de Pernambuco.
Tras 1-1 sobre el césped, un grupo de aficionados radicales del Sport apedrearon el autobús, en el que viajaban los jugadores y la comisión técnica del Fortaleza, tras abandonar el estadio.
El ataque dejó con heridas de diversa consideración a 6 futbolistas de Fortaleza, que juega en la primera división del Campeonato Brasileño, de los que 2, el portero João Ricardo y el defensa argentino Gonzalo Escobar, recibieron puntos de sutura.
El lateral Dudu, los defensas Titi y Brítez, y el centrocampista Lucas Sasha también fueron alcanzados por fragmentos de las ventanas del autobús.
En la audiencia de este martes, el fiscal Marcos Souto calificó de barbarie el ataque y responsabilizó al Sport por lo sucedido.
“Los hechos son muy graves. La responsabilidad del Sport es objetiva”, afirmó.
Por el contrario, el vicepresidente jurídico del Sport, Rodrigo Guedes, defendió la absolución del club en la medida en que los altercados ocurrieron a “8 kilómetros” de distancia del estadio.
Sin embargo, el instructor del proceso, el auditor Diogo Maia, apreció como procedente la denuncia y respaldó que el Sport sea condenado teniendo en cuenta “la extrema gravedad de la infracción, la enorme extensión de los hechos y los medios empleados, como piedras y petardos”, así como los antecedentes de violencia.
El análisis del relator fue acompañado por todos sus colegas, que sancionaron al Sport con base en el artículo 213 del Código Brasileño de Justicia Deportiva, por “dejar de tomar medidas para prevenir y reprimir” desórdenes.
