La ministra de Exteriores de Australia, Penny Wong, aseguró que seguirá abogando por el escritor y activista pro-democracia australiano de origen chino Yang Hengjun, condenado a la pena de muerte suspendida en China por espionaje, durante una visita del canciller Wang Yi.
“No abandonaremos nuestra defensa del Dr. Yang Hengjun”, dijo la jefa de la diplomacia australiana en una rueda de prensa en Camberra al término de una reunión de alto nivel con el ministro de Exteriores de China, Wang Yi, quien realiza una gira por Nueva Zelanda y Australia entre el 17 y el 21 de marzo.
Sin ofrecer detalles sobre si el Ejecutivo de Camberra busca la anulación de la condena o el traslado de Yang a territorio australiano, Wong se limitó a decir que “los australianos están conmocionados por la sentencia”.
El caso de Yang fue abordado hoy durante la reunión entre los cancilleres, junto a asuntos claves para Camberra como la seguridad regional, los conflictos internacionales, la situación de los derechos humanos y el comercio en el séptimo Diálogo Exterior y Estratégico Australia-China, que sirvió para normalizar las relaciones bilaterales tras años de tensiones.
Yang, de 57 años, fue condenado el pasado 5 de febrero durante un opaco proceso judicial que duró 3 años a la pena de muerte suspendida, una fórmula empleada por China para frenar las ejecuciones pues esta no se aplica si el acusado no comete ningún delito grave en los próximos 2 años.
Pasado ese período, la sentencia se conmuta de forma casi automática por la cadena perpetua siempre y cuando se considere que el académico, quien debe permanecer en prisión, ha mantenido un buen comportamiento.
Los familiares y amigos de Yang anunciaron a finales del mes pasado a través de la organización Capital Punishment Justice Project (CPJP, siglas en inglés), que el académico no apelará la sentencia debido a sus dudas sobre la transparencia del sistema judicial chino.
Otro argumento esgrimido es que la salud del académico, quien padece de una grave infección renal agravada por las condiciones de su detención, es demasiado frágil para afrontar el proceso de apelación.
Yang, nacido en China en 1965 y quien obtuvo la ciudadanía de Australia en 2002, tras emigrar allí en 1998, residía con su familia en Nueva York cuando a principios de 2019 fue detenido en el aeropuerto de Cantón (sur de China) al realizar una escala camino a Australia, en pleno aumento del deterioro de las relaciones entre Pekín y Camberra.