La Fiscalía General de la República (FGR) pidió imponerle 15 medidas de control a Jesús Murillo Karam, incluido el uso de brazalete electrónico, a partir de esta tarde en que será trasladado a su casa de las Lomas de Chapultepec, donde continuará en prisión domiciliaria sus procesos por el caso Ayotzinapa.
Según publica Reforma en su edición digital, Juan José Hernández Leyva, juez de control del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Sur, inició poco después de medio día la audiencia en la que fijará las restricciones que deberá cumplir el exprocurador general de la República.
El juzgador dará cumplimiento al amparo que el pasado 4 de abril otorgó el Primer Tribunal Colegiado Penal a Murillo, en el que le concedió la prisión domiciliaria.
Durante el debate de esta tarde, la fiscal federal Lidia Bustamante Vargas pidió al juez imponerle 15 medidas de seguridad al extitular de la PGR, en principio, el uso de brazalete electrónico, la prohibición de salir de su casa de las Lomas de Chapultepec y la vigilancia de las entradas y salidas de su domicilio durante las 24 horas.
También pidió imponerle la prohibición de salir de su casa, autorizarle sólo las salidas con motivos médicos y para atender sus procesos, establecer vigilancia perimetral a la misma y reportarse cada 15 das a la Unidad de Medidas Cautelares.
La fiscal además pidió al juzgador exigirle la entrega del pasaporte y visa, fijar un horario específico para las visitas, establecer un registro para los visitantes y prohibirles a éstos el ingreso de teléfonos y dispositivos electrónicos al domicilio del procesado.
Otras de las medidas solicitadas por la fiscalía son la restricción de comunicarse sólo por medios autorizados y por eso dijo que entregaría un dispositivo móvil inteligente al exprocurador.
Derivado de lo anterior, precisó Reforma, la FGR pidió al juez imponerle a Murillo la obligación de enviar periódicamente su ubicación en tiempo real a la autoridad y remitir por WhatsApp las fotografías del lugar en donde se encuentre.
Además, solicitó emitir una alerta migratoria para que se le impida eventualmente su salida del país e imponerle la prohibición de comunicarse con testigos por vía telefónica o electrónica.
Murillo llegó a la sala de audiencias vestido con el uniforme, gorra y zapatos reglamentarios color caqui. Lucía más delgado y con barba. Su semblante era el de un hombre tranquilo.
A partir de las 2:30 de la tarde se reanudó la diligencia y el juez dictará su veredicto.
Con información de Reforma