El Gobierno de Panamá expresó este domingo su «profunda preocupación por la intensificación de la violencia en Oriente Medio«, así como su condena enérgica al «uso de la fuerza, que puede desencadenar una crisis regional y global sin precedentes en décadas».
El Ejecutivo del presidente Laurentino Cortizo hizo un «llamado urgente a Naciones Unidas para que intervenga de manera inmediata, promoviendo el diálogo y la resolución pacífica de conflictos, conforme a los principios fundamentales de su Carta».
«Panamá insta a que el Consejo de Seguridad ejerza, hoy más que nunca, sus facultades vinculantes para ordenar un cese a las hostilidades de forma inmediata», indicó un comunicado de la Cancillería panameña, que agregó que «la paz y la seguridad internacional son más que principios retóricos: son esenciales para la convivencia pacífica y la supervivencia de la humanidad».
Oriente Medio afronta un momento de máxima tensión después de que Irán lanzara anoche sobre Israel más de 300 drones, misiles y misiles balísticos, en lo que supuso el primer ataque de este tipo desde suelo iraní, a la espera de ver cuál será la posible respuesta israelí.
Israel -con ayuda de Estados Unidos, el Reino Unido y la vecina Jordania- logró interceptar el 99 % de esos misiles, la mayoría fuera del espacio aéreo israelí, de forma que la ofensiva iraní no causó muertos, pero sí dejó herida de gravedad por metralla a una niña de siete años y se registraron daños leves en una base de la Fuerza Aérea en el sur del país.
Irán ha afirmado que la oleada de ataques, que incluyó más de 170 drones, 120 misiles balísticos y unos 30 de crucero, es una represalia al ataque del 1 de abril contra su consulado iraní en Damasco, que Teherán atribuye a Tel Aviv y que causó la muerte de seis sirios y siete miembros de la Guardia Revolucionaria iraní, entre ellos dos generales.