El Barcelona tiene este martes la oportunidad de clasificarse para unas Semifinales de la Liga de Campeones 5 años después y reconciliarse con una competencia maldita en las últimas temporadas ante un rival, el París Saint-Germain, que visita el Estadio Olímpico Lluís Companys con sed de revancha tras la derrota en la ida (2-3).
Ni el más optimista hubiera pronosticado el pasado 27 de enero, cuando Xavi Hernández anunció su dimisión en diferido como técnico del Barcelona, que el equipo azulgrana estaría a disposición de acceder al bombo de los 4 mejores de Europa.
Desde entonces el Barcelona no conoce la derrota. Ha sumado 10 victorias y 3 empates, aunque el aspecto más relevante en los últimos 13 partidos es que ha recuperado la solidez defensiva que le permitió ganar la pasada Liga. Nueve goles ha encajado Marc-André ter Stegen desde que Xavi anunció que dejaba el banquillo a final de temporada.
Y fue, precisamente, esa madurez en la retaguardia una de las claves del partido disputado en el Parque de los Príncipes. El Barcelona encajó 2 goles, pero fue capaz de neutralizar a Kylian Mbappé, que apenas generó peligro por la excelente defensa de ayudas planteada por Xavi Hernández.
El técnico egarense alineará de nuevo el tridente de centrales formado por Jules Kounde, Ronald Araujo y Pau Cubarsí, con Joao Cancelo como lateral profundo en la izquierda.
Más dudas tiene en la medular. Sergi Roberto y Andreas Christensen, 2 jugadores clave en la resurrección del Barcelona, están sancionados, por lo que Xavi deberá decidir si apuesta por Pedro González “Pedri”, que hace una semana recibió el alta médica de su última lesión muscular, o Fermín Suárez.
De salir de inicio el canario, Ilkay Gündogan, podría situarse en la parte alta del cuadrado, su posición favorita, mientras que si lo hace el andaluz el alemán acompañaría a Frenkie de Jong en la base de la medular. Apostar por la magia de Pedri de inicio, que ya ha dicho que está para ser titular, o reservarla para la segunda parte, es una de las dudas que deber resolver el preparador azulgrana.
En la punta de ataque, Raphinha, protagonista en la ida con 2 goles, Robert Lewandowski y Lamine Yamal apuntan a mantener la titularidad. En el banquillo, esperará su momento Joao Félix, autor del gol que dio la victoria al Barcelona este fin de semana en Cádiz.
El Barcelona, que esta temporada ha ganado todos sus partidos de la “Champions” disputados en Montjuïc, nunca ha caído eliminado en una eliminatoria de la máxima competición europea después de conseguir una victoria en la ida como visitante.
Un escenario muy diferente al de hace 7 años, cuando el Barcelona superó el 4-0 que había encajado en el Parque de los Príncipes con una goleada (6-1) en su estadio. La palabra “remontada” entró entonces en el diccionario francés. Ahora, las huestes de Luis Enrique viajan para tomarse la revancha y que el concepto, al fin se gire en su beneficio.
La derrota del pasado miércoles no entraba en los planes de nadie en París y ha dejado a toda la mecánica del club descolocada. Desde el entrenador a buena parte de la plantilla y también Doha, contaban con verse en semifinales y ahora existe el peligro de sumar un nuevo naufragio europeo, el décimo tercero desde que lucen pabellón catarí.
Pero azuzados por el voluntarioso Luis Enrique, que conoce bien la casa del rival y la receta de la remontada, acuden esperanzados para lograr el derecho, que consideran propio de estar entre los 4 mejores del continente.
Para preparar mejor la cita, han optado por acogerse al derecho de no disputar este fin de semana su partido liguero, lo que les ha dado seis días completos para pensar en el Barcelona, igual que Xavi tuvo un periodo largo para preparar la ida.
¿Motivos para la esperanza? El primero está en recuperar al lateral derecho Achraf Hakimi, sancionado en la ida, lo que provocó un efecto espiral que acabó por perturbar toda la defensa. El marroquí, que está siendo uno de los mejores del año, aporta entidad ofensiva y supondrá una amenaza más para los catalanes.
El segundo es que todo París, incluidos los 3 mil aficionados que se sienten en las gradas de Montjuic, cuenta con recuperar la mejor versión de Kylian Mbappé, transparente en el Parque de los Príncipes, pero del que esperan una reacción para que el de este martes no sea su último partido europeo con el PSG.
La estrella francesa, desdibujada desde que anunció que no seguirá en el club tras 7 años, ha mostrado en varias ocasiones su deseo de dejar el máximo trofeo continental en las vitrinas de su ciudad natal.
El técnico también podrá contar con el joven Bradley Barcola, cuya salida en el segundo tiempo del pasado miércoles dio más dinamismo al ataque junto a Mbappé y Ousmane Dembelé, que regresará a la ciudad donde militó durante 6 campañas.
Finalmente, todo apunta a que Luis Enrique no repetirá los experimentos de la ida, como dejar en el banquillo a Warren Zaïre-Emery, y buscará plantear en el centro del campo la batalla que perdió en la ida.
El técnico español, que vivía un momento dulce, vio como la derrota ante el Barcelona trastocaba su trayectoria y ahora ve el abismo europeo por el que se despeñaron sus predecesores.