La mexicana Patricia Guerra viajó a Nueva York para nadar el próximo sábado 48 kilómetros alrededor de la isla de Manhattan, proeza que a sus 51 años tratará de cumplir en menos de 9 horas.
“La idea es darla la vuelta a los 20 puentes de la isla; en algunos tramos habrá corriente a favor y gracias a eso podré nadar a una velocidad de hasta 6 kilómetros por hora”, aseguró la deportista.
El pasado 8 de julio, Guerra implantó récord mexicano en el cruce del Estrecho de Gibraltar, al desplazarse de Tarifa, España; a Tanger, Marruecos, en 2h 43:04.
“La temperatura del agua ahora será similar, unos 22 grados, que puede ser más alta al final de la prueba; estoy bien preparada. Hice 6 horas a contracorriente en el parque “Las Estacas”, en Morelos y confío en completar la vuelta a Manhattan en un tiempo entre 8:30 y 9 de la mañana.
El recorrido de la mexicana forma parte del proyecto “50+1 2023. Si yo puedo, cualquier mujer puede”, que pretende demostrar la inconsistencia de la idea según la cual, después de los 50 años la salud de la mujer se deteriora.
“Eso no es cierto; si tienes un monitoreo hormonal y físico, puedes seguir persiguiendo los sueños”, comentó la deportista poco antes de su nado de Europa a África.
Patricia participó en competiciones de triatlón y carreras de distancias largas a finales del siglo pasado e inicios de este y en su trayectoria como nadadora tiene proezas como el cruce doble del Canal de la Mancha, en el 2005, y un cruce por las bahías de Huatulco, en el Pacífico mexicano, en el 2006, entre otros logros.
“Esta vez me concentraré más en el tiempo que en la distancia. Será la forma en la que mi cabeza lidiará con esos 48 km; no poner atención en la distancia”, agregó.
Patricia Guerra es un ejemplo de superación en el deporte. En el 2007, a 400 metros de completar el cruce del Estrecho de Magallanes el ataque de una tonina le provocó fracturas de pelvis, cadera y 2 vértebras, además de fracturarle las rodillas en 4 partes.
Tras meses de convalecencia se recuperó y regresó a la natación de aguas abiertas, con varios trayectos con causa, a favor de campañas relacionadas con el cáncer de mama y para atraer recursos destinados a alimentar niños de bajo nivel económico.