Un empate a 2 goles en Londres, que sigue a su derrota en el derbi de Merseyside, cierra una semana negra para el Liverpool, que se aleja de forma prácticamente definitiva de la lucha por el título con una igualada que tampoco le sirve al West Ham para reactivar sus opciones de lograr una plaza europea.
Sin acierto y una defensa demasiado endeble, el equipo de Jürgen Klopp no parece en disposición de ofrecer a su técnico una despedida acorde con la etapa protagonizada por el entrenador que devolvió a los reds a lo más alto.
En el Estadio de Londres, el Liverpool alcanzó el descanso con un 76% de posesión, 11 disparos -uno de ellos al poste de Luis Díaz– un penalti no señalado por un milimétrico fuera de juego del propio atacante colombiano y un nuevo marcador adverso.
Con Mo Salah y Darwin Núñez en el banquillo, con Luis Suárez como única amenaza, no encontró la forma el equipo de Klopp de rentabilizar su fútbol. Tras la derrota a mediados de semana ante el Everton, se presentó en Londres como un conjunto descreído, con más voluntad que convencimiento, y completó otra frustrante primera mitad.
Cada uno de los escasos ataques del West Ham le hizo temblar, con Jarrod Bowen como protagonista. El delantero, que regresó al once recuperado de sus problemas de espalda, creó peligro cada vez que tuvo el balón y marcó de cabeza en el minuto 43 para entrar en la historia de los hammers; igualando el tope de 16 goles en Liga de Paolo di Canio (1999-2000), convirtiéndose en el primer jugador desde el mítico Geoff Hurts que anota ante los reds en 3 partidos de la misma temporada.
Con más energía y, sobre todo, mejor suerte, recompuso la figura el Liverpool tras el descanso, favorecido por la actitud de los de David Moyes, que no tuvieron más plan que recogerse sobre su área. Igualó Andy Robertson al comienzo del segundo tiempo, minuto 48, y entre el holandés Gakpo -que disparó-, y los hammers Ogbonna -al que le dio el balón-, Soucek -que no supo despejar sobre la línea- y el meta Areola -que lo introdujo en la portería- propiciaron la remontada en el 65.
Sin embargo, ni con el viento a favor es capaz de cerrar los partidos este Liverpool que se desangra en defensa y que permitió un nuevo gol de cabeza de Mijail Antonio, 12 minutos después.
Klopp dio entrada entonces a Salah, con quien discutió en la banda previamente, y Darwin Núñez, pero salvo un disparo de Elliot al larguero en el 89, los ‘reds’ no encontraron la forma de deshacer un empate que los aleja de forma casi irremediable del título. Que deja al técnico alemán sin un trofeo con el que coronar su estancia en el club que abandonará al final de temporada.