El Real Madrid se impuso al Covirán Granada (94-80) en un partido en el que fue superior en casi todo momento, dando además el técnico Chus Mateo minutos a jugadores que suelen contar con menos protagonismo como Alberto Abalde (14 puntos y 17 de valoración) o Eli John Ndiaye (13 puntos y 16 de valoración).
En la escalera hacia el éxito por la que sube el conjunto blanco, tras pasar por encima del peldaño de la presencia en la Final a Cuatro de la Euroliga al certificar el 3-0 en la serie de playoffs ante el Baskonia, le toca mirar ya hacia el siguiente objetivo, acabar como líder de la temporada regular en la Liga Endesa.
El camino más directo para ello, y a la vez el más sinuoso, pasa por ganar 3 partidos en una semana. Y el reto ha empezado bien para sus intereses después de un duelo en el que el bando granadino, que pelea por la también meritoria supervivencia en la élite, solo aguantó el primer cuarto y parte del segundo.
Lo hizo beneficiándose de 2 de las pequeñas debilidades que arrastra el Real Madrid en ocasiones, las pérdidas y la concesión de rebotes ofensivos. Así el anfitrión entregó seis balones y permitió 4 capturas del rival en su aro, registros que deslucieron una buena carta de tiro con 8 de 9 en canastas de 2, 1 de 2 en triples y 3 de 4 en libres.
Pese a ello, se marchó por delante tras los 10 minutos iniciales gracias a un buen Walter Tavares, y su 16 de valoración, y a la dirección de Facundo Campazzo, que a esas alturas acumulaba 5 asistencias. En los de rojo Cristiano Felicio hizo daño en el juego interior, entregando el testigo a Malik Dime en el segundo acto.
Un parcial de 9-4 con motivo del retorno al parqué puso al Real Madrid en órbita, pero 2 triples seguidos de Jonathan Rousselle evitaron el despegue. Sin embargo, Mario Hezonja, Guerschon Yabusele y Sergio Llull acabaron haciendo este inevitable, dando a los suyos una ventaja de 9 puntos al paso por vestuarios (51-42, m.20).
Abrió el fuego en la segunda parte Abalde con un triple, dando lustre a una destacada actuación individual, y se sumó en la anotación Dzanan Musa. Eso, unido a que el Covirán Granada estuvo casi 5 minutos sin transformar, hizo que la distancia favorable se elevase hasta los 20 puntos con 14 minutos aún por jugarse (69-48, m.26).
Se generó entonces el ecosistema para que floreciesen los menos habituales, oportunidad que no dejó pasar Ndiaye. Su aportación, junto a la fuerza de voluntad de un visitante que llegó a ponerse a menos de 10, fue lo más destacado hasta el desenlace del primero de los 3 partidos que dirán si el Real Madrid acaba en lo más alto. La visita al Valencia y un nuevo choque ante el Baskonia, este liguero, dictarán sentencia.