Vie. Nov 22nd, 2024

COLUMNA: Paracaídas

Por Redacción May13,2024

Roque, priista

Por Rogelio Guedea

Su nombre es Carlos Antonio Cárdenas Roque, pero todos lo conocen simplemente como Roque.  Viene de abajo, pero no lo lamenta. Al contrario, se siente orgulloso de ello. Roque, que ahora busca ser diputado local por el Distrito 2 Electoral, representando a la coalición “Fuerza y Corazón por México” (PRI-PAN), es de esos políticos que podríamos perfectamente calificar como de la cultura del esfuerzo, pero mejor aún: para mí es de los políticos que vienen de un largo viaje de dura lucha por la sobrevivencia y unas ganas implacables de salir adelante. Ese es Roque, se le ve en sus gestos, en su mirada, en la forma en que paladea lo que cuenta y lo que atisba en lo porvenir. Me cayó bien desde que se sentó junto a mí, un poco ansioso, un poco impasible y visceral, como queriéndose comer el mundo, pero al mismo tiempo atento a mí y a su entorno. Lo acompañaba su mujer, a su vez atenta a él y a sus movimientos, quien se sentó en una banca del jardín mientras transcurría nuestra entrevista. Luego de un rodeo por los últimos acontecimientos políticos, Roque entró en materia. Me dijo que su papá fue chofer del ex gobernador Carlos de la Madrid, y que como a los doce años perdió el trabajo y empezaron las desventuras económicas en su familia. Vivían en una casita pequeña, en el popular barrio La Atrevida, donde dormían sus papas, su hermana y él mismo en un solo cuarto. Era una casa humilde, con un papá sin trabajo y una mamá dedicada al cuidado de su hermana y él, su hermana que para acabarla empezó con una enfermedad neurológica terrible que también empezó a causar estragos en la vida familiar, incluido el aspecto económico. Cuando su papá perdió su trabajo como chofer, no tuvieron más remedio que buscarse la vida: empezaron a trabajar en tianguis, vendiendo una cosa y otra, aparatos domésticos, lo que sea, y también su papá hizo de chofer de taxi. Fueron tiempos muy difíciles, había carencias, verdaderas desventuras incluso para comer. Roque lo recuerda y se le rasan los ojos de lágrimas. Por fortuna, esa etapa duró cuatro años, o así, pues luego su papá encontró un trabajo como chofer en Ciapacov, un organismo que recuerda como un gran salvavidas, y que le otorgó una beca que se utilizaba para el gasto familiar y la estabilidad de la familia, siempre su gran preocupación. Con una hermana enferma y un padre que no ganaba mucho pero que al menos tenía un sueldo estable, un padre muy responsable que admira pues recuerda que en toda su vida sólo faltó un día al trabajo, Roque aprendió el valor del esfuerzo y la perseverancia. Supo desde muy niño la importancia del compromiso y la responsabilidad. Recuerda con profundo sentimiento que su padre nunca llegó tarde a su trabajo, era puntual y se presentaba incluso media hora antes de iniciar su jornada.  Así también llegó Roque a la entrevista: muy puntual. Pero, además, recuerdo que cuando planeamos el encuentro, Roque fue obsesivamente ordenado en la precisión de detalles. Le pedí horarios y lugares posibles para la entrevista y me dio tres opciones de horarios (a, b c) y cuatro lugares posibles (1, 2, 3, 4). Estos matices son importantes y no sólo hablan de una persona ordenada y organizada, sino, sobre todo, de una persona que va a morir luchando por el sueño que quiere alcanzar. Roque después entraría a la preparatoria, etapa que recuerda medio turbulenta, aunque reconoce que fue de reafirmación de su personalidad y capacidad de liderazgo. Pero lo que sí le cambiaría la vida fue su ingreso a los Boy Scouts, lo cual fortaleció su autoestima, su liderazgo, aprendió a trabajar en equipo, pero especialmente le dio expectativas de vida, pues escuchaba a sus amigos hablar de lo que iban a hacer, su futuro, sus planes profesionales, etcétera. Buenas influencias.  Y si bien no terminó el Bachillerato en el 1, de la Universidad de Colima, después retomaría el camino y lo terminaría en una preparatoria abierta. Como al mismo tiempo ya empezaba a hacer sus pininos en la política (invitado por el exgobernador Gustavo Vázquez Montes y siendo muy cercano de Romero Coello, hoy su contrincante en la diputación local), Roque ingresó a estudiar Ciencia Política en la Universidad de Colima. Después estudiaría una maestría en Gestión Pública Aplicada y posteriormente un doctorado en Ciencias Sociales. Mientras avanzaba en sus estudios académicos, cosa inédita en su familia (su papá y mamá carecían de ellos), Roque continuaba también su carrera política y estaba al tanto de su hermana, siempre delicada de salud (la enfermedad le impedía incluso caminar). Estuvo en la Secretaría de la Juventud y después fue Delegado de la Sedatu, que recuerda como una gran experiencia. Fue también Director de Ingresos de gobierno del Estado y recientemente llegó a ocupar una dirección importante en la administración de Margarita Moreno, quien ahora busca la reelección del gobierno capitalino. La carrera política de Roque no fue miel sobre hojuelas. Sin prosapia política ni grandes patronazgos, recibió muchas veces el no rotundo a sus aspiraciones, e incluso recuerda que un día, durante la toma de protesta del exgobernador Nacho Peralta, cuando pensaba que iba a quedar en su gabinete, se dio cuenta de que en el último minuto no aparecía en la lista.  Pese a ello, como era encargado de la toma de protesta del propio ex gobernador, tuvo que actuar con madurez, respetar las decisiones del partido, ser institucional y seguir esperando su momento. Pese a las muchas negativas recibidas, que probaron su perseverancia, Roque nunca perdió la convicción de ser priista y esto le valió que en esta ocasión le haya tocado la candidatura a la diputación local por el Distrito 2. Es una enorme oportunidad que tiene para la madurez política que ha adquirido. Roque habla con ahínco y afirma que si bien todo mundo promete hacer un trabajo diferente en el Congreso local, en su caso así será, desde el primer día volverá al barrio con el que creó compromisos y empezará a trabajar en su favor, y así lo seguirá haciendo con el resto de la población. Su experiencia en el servicio público, su formación académica y sus compromisos sociales, le dan las tablas para poder hacer un gran trabajo en el legislativo, además de que él más que nadie conoce las necesidades de la población, sobre todo de la más desprotegida y vulnerable, pues él lo vivió en carne propia. Roque viene de la cultura del esfuerzo y, gracias a eso y a su trabajo, es que un día pudo dar una casa a sus padres, para que tuvieran mejores condiciones de vida y mayor comodidad, fue un orgullo para él poder hacer eso, además de presenciar la cura de su hermana y poderla ver caminar de nuevo, gracias a un médico que encontró la causa real de su padecimiento. Jamás olvidará el día que su hermana abandonó la silla de ruedas y empezó a caminar. Roque trae un ímpetu genuino y quisiera que todos supieran, que todos se enteraran, de que realmente quiere cambiar la forma de hacer política, y así lo demostrará de recibir la confianza de la ciudadanía y de votar por él este próximo 2 de junio. Siendo un fervoroso creyente, cree en Dios que así será.

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