El presidente Andrés Manuel López Obrador negó las acusaciones de la candidata presidencial opositora Xóchitl Gálvez, quien afirmó el lunes que el jefe del Estado “ha afectado enormemente su candidatura” por sus declaraciones en sus conferencias matutinas.
“No somos iguales (a la oposición), nosotros luchamos por la democracia, nosotros enfrentamos los fraudes, no podemos hacer lo mismo, es una cuestión de convicciones, de principios”, manifestó el mandatario federal en su rueda de prensa matutina.
López Obrador respondió a los señalamientos de Gálvez, quien el lunes se reunió con los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para denunciar que el “presidente incide, se mete en la candidatura, en la elección a favor de su candidata abiertamente”.
En México, las leyes electorales impiden a los funcionarios, incluyendo al presidente, pronunciarse durante las campañas sobre las elecciones y las candidaturas, además de prohibir actos de proselitismo y promoción de logros de gobierno.
El presidente alegó que el Tribunal Electoral “ya habló” sobre que él tiene “garantizada” su “libertad de expresión y de manifestación”, por lo que defendió que él puede hablar sobre la existencia de “dos proyectos de nación”, uno de “transformación” y otro “de corrupción y privilegios”.
“No estoy hablando de convocar a nadie a votar a favor de un partido, no, para nada, ni menciono a las personas. Díganme cuándo he mencionado en campaña, por su nombre, a un candidato”, argumentó.
Por sus declaraciones, el mandatario ha afrontado 51 medidas cautelares del TEPJF, que incluyen bajar extractos de sus conferencias matutinas en los que hace comentarios alusivos a los comicios del 2 de junio, en los que él no puede reelegirse pero espera el triunfo de su posible sucesora, Claudia Sheinbaum.
“La señora que está a cargo de este asunto (en el TEPJF) es simpatizante, para decir lo menos, del bloque conservador, está probado, pero todas las recomendaciones que nos han hecho las hemos cumplido, hasta más”, sostuvo.
López Obrador aseveró que desde su Gobierno hay “piso parejo”, es decir, igualdad de condiciones para los diversos partidos, aunque insistió en que “si hay piso disparejo” es porque “los conservadores” controlan la mayoría de los medios de comunicación, según él.
Las acusaciones escalan a 3 semanas de que sean las elecciones, el 2 de junio, las mayores en la historia de México, donde 98 millones de votantes están llamados a renovar más de 20 mil cargos, incluyendo la Presidencia, los 500 diputados y los 128 senadores.