El Villarreal asaltó el fortín de Montilivi, inexpugnable desde septiembre, con un solitario gol de Bertrand Traore (0-1) que aviva la ilusión por la Liga Conferencia, a 3 puntos de manera provisional, y que hace un poco más complicado el sueño del Girona de conseguir la segunda posición de LaLiga EA Sports y disputar la Supercopa.
El equipo de Míchel Sánchez, superior en posesión y en ocasiones, enlazó el segundo partido sin ganar tras el decepcionante empate en Vitoria (2-2) y queda con un punto menos que el Barcelona con un partido más. El conjunto de Marcelino García Toral firmó un ejercicio de supervivencia para lograr la cuarta victoria en 5 jornadas, en un duelo de la trigésima sext y antepenúltima jornada del campeonato.
El dominio rojiblanco fue claro desde el primer minuto, aunque la primera ocasión fue visitante: una transición comandada por Alexander Sorloth acabó con un centro-chut que no encontró ni portería ni a Gonçalo Guedes. El Villarreal amenazaba con salir al contragolpe con la velocidad de sus 2 referencias y la calidad de Álex Baena, aplaudido en su vuelta a Montilivi.
Acto seguido pudo marcar por mediación de Bertrand Traore, novedad en el 11 groguet como Santi Comesaña, pero Paulo Gazzaniga, clave una noche más, desvió su disparo desde la frontal.
El Girona, incomodado al principio, contestó con un tiro desviado de Yangel Herrera y fue mejorando con los minutos, atacando con muchos hombres y encerrando a su rival: la posesión superó el 65% en tramos de la primera mitad. Antes del minuto 10, Artem Dovbyk estuvo lento y no supo rentabilizar una gran pelota de Viktor Tsygankov, muy activo como Iván Martín.
Los locales tuvieron el 1-0 en sus manos, pero no estuvieron tan acertados como otros días: Herrera rozó el palo izquierdo, de cabeza a centro de Aleix García, y Tsygankov acarició el palo derecho con un disparo al primer toque tras una cabalgata de Sávio Moreira. Fue la más ocasión más clara del primer tiempo y provocó que el Villarreal empezara a intentar arañar tiempo en los saques de portería.
Jorgensen también evitó el gol catalán en un remate forzado de Dovbyk, desacertado, pero más protagonista que Sorloth en su duelo entre pichichis.
El Girona monopolizó el balón, ante un rival sometido que no sabía enlazar pases. E hizo méritos para estrenar el marcador: parecía cuestión de tiempo, pero no cayó en los primeros 45 minutos.
Con el inicio de la segunda parte incluso se acentuó el control del equipo de Míchel, que hacía daño al rival tanto siendo vertical como siendo horizontal. Antes de la hora de juego Yerson Mosquera envió a córner un pase de la muerte de Iván Martín y Sávio firmó la enésima carrera dejando atrás a rivales, pero no decidió bien en la frontal. El Villarreal perseguía sombras.
Parecía que el gol solo podía ser local, pero fue visitante: la zaga catalana supo detener la internada de Guedes en el área, pero el balón, rechazado, cayó a los pies de Traore y el extremo batió a Gazzaniga con un tiro cruzado y ajustado a su palo derecho para lograr su primer tanto en España. Pero el 0-1 no cambió el guion ni templó la ambición del Girona.
Los rojiblancos contestaron un disparo al larguero de Tsygankov desde la frontal y con una triple ocasión más que clara a saque de falta: la defensa de Marcelino sacó los cabezazos de Èric García y David López sobre la línea de gol y el chut de Sávio se marchó ligeramente alto. También lo intentaron Miguel Gutiérrez y Sávio mientras se multiplicaban las pérdidas de tiempo de un Villarreal, encerrado.
El Girona buscó el gol, pero se le resistió y perdió el partido y se alejó el sueño de jugar la Supercopa de Europa, pero sí encontró el aplauso de una afición orgullosa.